Nuevo pacto migratorio de la UE apuesta por las expulsiones
La presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, presentó esta semana un proyecto para establecer un nuevo plan migratorio de la Unión Europea. Según algunos observadores, este nuevo pacto migratorio de la UE apuesta por las expulsiones. Lo que significaría una rendición ante los populistas.
El mencionado convenio migratorio busca fortalecer las fronteras de los países que integran la Unión Europea. Sin embargo, el Parlamento Europeo y el Consejo, deberán dar el visto bueno para que este nuevo pacto migratorio, entre en vigencia.
No es un hecho que este convenio sea aprobado por los países miembros y menos aún que se le dé cumplimiento.
En este orden de ideas, la Comisión Europea ha presentado este nuevo pacto como una alternativa para manejar el problema común de la llegada constante de aspirantes a asilo.
Es así, como los países podrían escoger entre recibir refugiados con derecho a permanecer en la UE o colaborar con los gastos de deportación, de quienes no cumplen los requisitos.
Reacciones ante el nuevo pacto migratorio
Es conveniente destacar, que una parte de los países miembros de la Unión Europea, no han estado conformes con las políticas de refugiados vigentes desde 2015. Es el caso del denominado Reglamento de Dublín. Según este reglamento, los países de entrada son responsables de los migrantes que llegan.
El reglamento de Dublín ha sido protestado por España, Italia y Grecia, por su condición de países de frontera exterior de la Unión Europea.
Sin embargo, este nuevo pacto no derogaría esa norma, sino que serían ampliados los criterios. De acuerdo a esto, cualquier persona que tenga familiares en otro país de la UE, deberá ser llevado hasta ese país.
Por otro lado, algunas ONG como Oxfam y Cáritas, han reaccionado al nuevo convenio migratorio. Estas organizaciones han manifestado que la Comisión Europea no está tratando de solucionar el problema migratorio, sino de mitigar los sentimientos contra los migrantes, que se aprecian en algunos países de la UE.
También, algunos grupos de extrema izquierda han manifestado su rechazo. Debido a que consideran que se pone más énfasis en la expulsión, que en acoger a aquellos que han entrado clandestinamente.
Por su parte, los socialistas insisten en que debe prevalecer el derecho de asilo. En función de que la solidaridad debe ser prioritariamente hacia las personas.
Los mecanismos del nuevo pacto migratorio
El problema de la migración en la Unión Europea, presenta muchas facetas que le imprimen gran complejidad. La Comisión Europea ha realizado una evaluación global del problema, considerando la seguridad de las personas que buscan protección internacional o una vida mejor.
Así mismo, fueron tomadas en consideración las preocupaciones de los países situados en las fronteras exteriores de la UE. Al mismo tiempo, la de los otros países que temen que los grandes flujos superen sus capacidades.
En este sentido, la propuesta de este nuevo pacto busca lograr un nuevo equilibrio entre las responsabilidades de los países miembros.
La Comisión Europea con este nuevo convenio de migración, está tratando de poner coto a la redistribución. Por ende, la Comisión ha aceptado que no se puede obligar a los europeos del Este a acoger refugiados.
Este nuevo pacto, de ser aprobado, dotaría de mecanismos efectivos a los países de frontera exterior para controlar la migración. El nuevo tratado propone una evaluación previa de los migrantes. De esta forma las personas que hayan sido rescatadas en el mar o que ingresan de manera irregular, pasen por controles de sanidad y seguridad.
El pacto también propone, que a las personas en esta condición le sean tomadas las huellas dactilares. Así, ser registrados en la base de datos Eurodac.
Esto permitirá a la agencia Frontex determinar de manera expedita, si la persona puede continuar con la solicitud de asilo o si debe ser devuelto a su país de origen.
En este sentido el nuevo convenio propone un mecanismo de corresponsabilidad obligada entre los países de la UE. Es así que en el caso de que un país miembro deba afrontar una situación extrema como un gran flujo de migrantes, los otros países estarán obligados a participar en las devoluciones o bien a acoger a una parte de esa migración.
Los gastos de repatriación, involucran la financiación de vuelos a los países de origen o cubrir los gastos diplomáticos con los países de origen, para aceptar a sus connacionales de vuelta. También se incluye el apoyo financiero para la construcción de campos de refugiados.