La batalla entre la democracia y la secularización en Turquía
La batalla entre la democracia y la secularización en Turquía continúa, y en este sentido el defensor de la religión musulmana es Erdogan, quien se ha erigido como tal. Junto a Qatar, defienden el islam y se enfrentan a quienes quieren acabar con él, lo cual ha generado una vez más una batalla abierta.
Entre las acciones que ha realizado para demostrar su poderío, Erdogan convirtió la Iglesia de santa Sofía declarado museo desde 1934, en una mezquita, lo cual ocasionó malestar en occidente.
A pesar de que no se realizara ninguna crítica ni acusación a occidente por transformar alrededor de 300 mezquitas otomanas en iglesias hace algún tiempo.
Cabe destacar que la acción de convertir la iglesia de Santa Sofía en mezquita, es el primer paso de Erdogan para el proceso de islamización de Turquía. Ya en 2011 con las conocidas primaveras árabes hubo un repunte islamista que fue eliminado por Siria y Egipto, y actualmente por Libia.
Ahora, lo mismo está ocurriendo en Arabia Saudí, Bahrein o los Emiratos Árabes Unidos, países que no participaron en las primaveras árabes de 2001.
Las consecuencias de las primaveras árabes fueron consideradas un desastre total, por lo que Erdogan se considera el defensor y último baluarte del islamismo.
Eredogan busca un estado moderno donde predomine el islamismo
No es la primera vez que el santuario de una religión se transforma en el de otra completamente diferente. Es una práctica antigua pues a los inicios del islam como religión, los musulmanes convirtieron una iglesia, en la hoy mezquita omeya de Damasco. Y por otra parte la mezquita de Córdoba se transformó en Iglesia.
Así muchas iglesias y mezquitas fueron transformadas. En el caso específico de la transformación de la iglesia de santa Sofia, se cree que Erdogan tiene varias posibles razones.
Una razón probable es decirles a sus votantes cuáles son sus intenciones, o también demostrar a sus rivales incluyendo a Europa, su fortaleza y poderío.
Asimismo, es muy posible que su actitud se deba a querer acabar o corregir las secuelas del secularismo de Mustafa Kemal Ataturk, quien buscaba crear un estado moderno, occidentalizado sin mezquitas.
Erdogan, lejos de las pretensiones de Atakur, busca un estado moderno, no occidentalizado con muchas mezquitas. Un estado donde predomine el islam. Considerando la democracia como sistema de estado, lo cual no es bien visto por muchos turcos.
En occidente se percibe el secularismo
Se considera que el secularismo debería dominar el oriente, tal como se percibe en Occidente. Erdogan ni movimientos como hermanos musulmanes, comparten la idea de que es necesario dejar la religión para poder progresar.
Una creencia que si comparten los europeos, quienes creen que la historia va evolucionando en forma lineal hacia el progreso. Y esta a su vez es posible si se practica una religión ligera o se deshacen definitivamente de las religiones.
En este sentido en dos décadas de mandato en Turquía, Erdogan islamizó santa Sofia apoyado por el 73% de la población, lo cual fue un gran golpe para el secularismo en Turquía, sin embargo, ha sido cauteloso en sus medidas.
Pues hasta ahora la población se ha mantenido tranquila sin sentirse amenazada en algunos de sus hábitos.
Pero, si ha aprovechado estas casi dos décadas, para hacer reformas con tendencias islámicas. Algunas de las más relevantes es realizar desde las mezquitas el llamado a oración en árabe.
También es notorio la libertad dada a las mujeres musulmanas de usar el pañuelo para cubrir la cabeza, donde el 90% de la población es musulmana.
Todo ello indica que se enfoca en que domine el islam, sin embargo, no se conoce cuáles serán los límites de sus reformas. Tiene 66 años de edad y su pretensión es continuar en el poder por siempre y hacer la mayor cantidad de reformas posibles.
Por lo pronto su presencia en Turquía fortalece el islam y cuestiona la fuerza del secularismo en el país, al igual que en Egipto.
Por otra parte, la población turca en su mayoría prefiere el islam al secularismo, y es posible decir que igual situación se observa en Egipto.
En consecuencia, de acuerdo a las cifras captadas en el último sondeo del Barómetro Árabe, un 18% de los árabes de Oriente Próximo admite ser “no religiosa”, y en personas mayores a 30 años el porcentaje de no religiosos aumenta. Lo cual es posible dar una explicación pues diversos gobiernos árabes combaten el islam en lugar de reforzarlo.