Venezuela podría ser epicentro de brote masivo de Coranovirus en Ámerica

Ojo Global Noticias.

Por: Mario Quiroz.

Hace veinte años, Venezuela a pesar de sus desordenes económicos, problemas de corrupción y crisis moral, era un país medianamente estable al ofrecer una pequeña calidad de vida a sus ciudadanos, eso incluía un sistema sanitario mixto con una red pública de hospitales y ambulatorios junto con clínicas privadas.

La red hospitalaria comenzó a caer en el año 1985 , y a pesar de los esfuerzos del presidente Rafael Caldera (1993-1998) de levantarla, el bajón en los precios del petróleo de aquellos años y la quiebra del sistema financiero público venezolano, no lo ayudó a cumplir la meta.

Hugo Chávez llegó al poder en 1998 por la vía democrática y así dio inicio a su revolución bolivariana. La Venezuela de Chávez gozó de la más grande bonanza en precios altos del petróleo, aún es incalculable la cantidad de dinero que entró al país desde 2003 hasta el 2011.  Con gran liquidez  disponible,»EL comandante» creó una red de salud llamada «Barrio Adentro» con médicos traídos de cuba al frente y  la construcción de pequeños módulos en zonas populares. Ese proyecto populista solo fue un paño de agua caliente para las necesidades reales de los venezolanos; Chávez nunca invirtió en la sanidad pública de niños y adultos a gran proporción, la infraestructura de los hospitales y clínicas comenzó a deteriorarse a «paso de vencedores»  durante su mandato y a pesar de que el gobierno bolivariano tenía  en sus arcas oro para regalar, jamás hizo importaciones masivas de equipos, nunca otorgó financiamiento a los laboratorios químicos médicos nacionales y millones de dólares se perdieron con las famosas empresas farmacéuticas falsas o de maletín, a las cuales se le daban contratos preferenciales.

Nicolás Maduro llegó al poder en el 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, la corrupción se acentuó mucho más durante su gobierno , las expropiaciones, la caída de los precios del «oro negro» y la ineptitud del Dictador Venezolano, acompañada con la represión y expropiaciones,  llevaron a Venezuela a la más grande crisis humanitaria que jamás ha conocido la región americana.

Producto de la ruina Chavista, desde el 2015 casi cinco millones de Venezolanos abandonaron su país en busca de una vida mejor, y esto incluye a miles de médicos y enfermeras.

El mundo enfrenta su primera Pandemia del siglo 21, la cual ha sido atacada por todos los países a nivel mundial con urgencia. La velocidad de contagio del COVID-19 y sus consecuencias en la salud de millones de personas ha sorprendido a los gobiernos ante la posibilidad de sobrecargar su redes de salud, tanto publicas como privadas.

En ese sentido, los países de América unos más eficientes que otros se han preparado para la llegada inminente del virus y las recesiones que implica las cuarentenas.

El caso de Venezuela es grave, debido a la depresión económica en la cual esta sumida desde la que Maduro asumió el poder. La llegada del «Virus Chino»  podría ocasionar un brote en America del Sur de proporciones inimaginables y a la larga  incontrolable.

¿Qué es hoy Venezuela?, un Estado Fallido, el 80% de la población está sumida en la pobreza, es el país que tiene el sueldo más bajo del mundo (3 dólares el día), el servicio eléctrico solo es regular en la capital y también tiene sus fallas, la mayoría de las zonas populares y residenciales no llega el agua regularmente y en algunos casos pasan meses sin el preciado líquido y ante este cuadro dantesco debemos sumarle la internet más lenta del planeta, el aparato de represión más sanguinario y una pobre de red de comunicación pública.

Si hablamos de la sanidad colectiva, estamos de acuerdo con lo dicho por el presidente interino y reconocido por 50 países como tal, el diputado opositor Juan Guaidó,  en sus palabras denuncia que Venezuela es el país menos preparado para enfrentar el coronavirus. Las razones de esas afirmaciones vienen sustentadas por lo siguiente:

1-El 70% de la red hospitalaria no le llega agua.

2-El 100% de los hospitales y clínicas carecen de Insumos como mascarillas, gel desinfectante, jabón de cualquier tipo, y áreas apropiadas para aislar a los futuros enfermos del coronavirus.

3-El país solo cuenta con 50% de profesionales médicos y enfermeras (debido a la inmigración) , y si descartamos odontología, optometría y otras ciencias, hablamos de un número muy reducido de personal calificado para atender una posible crisis.

4-Hay pocas ambulancias operativas a nivel nacional, y el problema  se agrava con la escasez de gasolina en casi todos los estados.

5-Las camas disponibles para el coronavirus hasta la fecha de hoy son solo 73 a nivel nacional, esto denunciando por la Federación Médica Nacional, en voz de su presidente Douglas Natera.

6-Los medicamentos, la mayoría traídos provenientes de Cuba, resultan inservibles para la batalla contra el COVID-19.

7-Venezuela no cuenta con un alto rango de máquinas respiradoras ni suplemento de ayuda artificial para alguna patología que resulte del contagio con el COVID-19.

A estos dramáticos puntos hay que agregarle la mala higiene de la ciudades (basura, limpieza de calles, etc), los sueldos miserables que obliga a la gente a trabajar el día a día y los hacinamientos carcelarios, posibles epicentros de brotes  y si queremos agregar más, anotemos el robo que hacen los chavistas a las entidades publicas como gobernaciones y alcaldías, las cuales quedan con rango de acción limitado en sus servicios policiales y de bomberos.

La respuesta de Maduro ante el virus fue de una improvisación y estupidez alarmante, ha puesto a los militares y no profesionales médicos al frente de la cuarentena, censura a los medios independientes y amenaza a doctores e internos con prisión si se atreven a divulgar  brotes, ha decretado el uso de tapabocas obligatorio cuando la población no tiene posibilidad de comprarlos. En ese tema la única mascara de comprobada efectividad en reducir el contagio: es la 3M-N95, la cual Venezuela no tiene en su inventario y ante este hecho el dictador mandó a las personas a fabricar las suyas propias de manera artesanal.

Personal de diferentes hospitales de la red publica han salido a la calle a protestar argumentando que no se tiene los suficiente insumos, no hay personal calificado y algunos módulos carecen hasta de alcohol y jabón para lavarse las manos con una pandemia a la vista.

Un país sumido en esta crisis ¿Cómo podría afectar a la región?

Debemos empezar primero que Venezuela,  es un país sin un plan de contingencia para alguna crisis, es una nación que no tiene dólares para establecer una cuarentena por dos meses y si lo decretará,  el resultado será hambre, caos social y más éxodo, los contagios a nivel nacional  aumentarán alarmantemente, la enfermedad  pasará sus fronteras y engrosará los números de casos en Brasil y Colombia. La mortandad podría sobrepasar las ciudades  y esto significa colapso del sistema de salud y sanitario, lo que dará a lugar a más enfermedades diferentes al Virus Chino (malaria, fiebre amarilla, tuberculosis) y algo latente que se debe tener en el tablero, es la mutación del COVID-19, como se ha comprobado en España e Italia, países golpeados por la pandemia  y quienes han alertado que su coronavirus no es el mismo que el de China.

La dictadura chavista miente de una manera enfermiza, a tal punto que el presidente de Colombia, Ivan Duque y el de Brasil, Jair Bolsonaro, se niegan a coordinar acciones con Maduro. Ambos gobiernos denuncian que los datos que proporciona Caracas sobre la enfermedad no pueden ser confiables y además le recriminan a Maduro su actitud casi inhumana hacia sus ciudadanos, una clara evidencia es el problema de las cárceles, el dictador se niega a liberar a los presos políticos que son más de 1000 y así evitar un posible brote.

Ante la amenaza sobre su bigote, Maduro solicitó un préstamo de 5000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional  (FMI), en una carta mal escrita por parte de su canciller Jorge Arreaza, la cual fue respondida con un NO por la situación política «poco clara» de Venezuela .  El dictador ante la negativa  del FMI pidió la  colaboración de La Organización Mundial de la Salud y el levantamiento  de las sanciones económicas por parte de Estados Unidos, cuando toda la comunidad internacional sabe que dichas «sanciones» no afectan la compra de comida y medicinas.

El caos político que sufre el país caribeño puede pasar factura a la región, una nación que tiene dos presidentes,  dos asambleas legislativas y un régimen casi criminal, jamás funcionará con un Estado normal y algo confiable.

Ante una crisis que se puede volver mucho peor desde Venezuela hacia sus vecinos y el resto del continente americano, cabe preguntarse si la comunidad internacional no debió buscar la salida de Maduro con más premura. Vemos como el coronavirus ha convertido a Europa con sus estados desarrollados  en el epicentro de una pandemia que aun falta  por controlar, y desde esa perspectiva, la pregunta que hay que hacerse es: ¿se puede confiar en este dictador inepto y  cruel?

La Unión Soviética tuvo su Chernobyl y casi contaminó con radiación a toda Europa en 1986,  China ahora tiene su COVID-19, su deficiente aparato estatal y de higiene como país, ha quedado al descubierto al propagar un virus que irresponsablemente ocultaron durante dos meses. Estos ejemplos nos llevan a la reflexión al ver cómo gobiernos autoritarios en vez de ayudar ante alguna crisis mundial,  sus errores lo que hacen en profundizar el problema hasta darle una patente de exportación.

La dictadura chavista lo único que ha hecho hasta ahora, es  censurar y reprimir a sus ciudadanos. Las bases por la cual una nación debe funcionar, seguridad, salud y educación no las tiene Venezuela. El régimen de Nicolás Maduro solo ha aportado ineptitud y torpeza. Ahora más que nunca y antes de que ocurran tragedias mayores para America, le revolución bolivariana debe salir del poder al cualquier costo, sin descartar la tan temida hablada opción militar, la situación venezolana puede ser  un problema de salubridad mundial.

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