Puerto Rico está asfixiado tras el huracán María y la falta de liquidez
José Villamil, uno de los economistas más respetados de Puerto Rico, dijo a Efe que si bien a corto plazo, durante un periodo aproximado de un año, la llegada de ayuda para la reconstrucción de fondos federales y del dinero de los seguros creará una sensación de crecimiento será solo un efecto temporal.
Ojo Global Noticias
El colapso de infraestructuras de electricidad y telecomunicaciones en Puerto Rico tras el paso del huracán María dejó en situación crítica al Gobierno, con liquidez solo hasta final de mes y una millonaria deuda esperando.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció hoy que el costo de los daños causados por el huracán María se sitúa entre 80.000 y 100.000 millones de dólares, una carga demasiado pesada para una economía sumida en una profunda crisis desde hace una década y que mira a Washington como única forma de salir adelante.
Recurriendo a vocabulario taurino, el huracán María dio la puntilla a Puerto Rico, un Estado Libre Asociado a Estados Unidos de poco más de 3,4 millones de personas que atravesaba por una situación precaria, agudizada por el impacto del devastador huracán.
La isla sufre una pesadilla debido al colapso de la actividad comercial, la paralización del turismo -una de sus principales fuentes de ingresos- y las dificultades que supone cumplir con su deuda pública en un escenario de inactividad económica que paraliza la recaudación de impuestos.
Rosselló confirmó que la Hacienda de la isla está a punto de quedarse sin liquidez, lo que ocurrirá tan pronto como a finales de mes, a lo sumo principios de noviembre, con la incógnita de qué va a pasar, de cómo se van a pagar las nóminas de los funcionarios o cumplir con los proveedores.
Rosselló ha dicho, repetido una y otra vez en un mensaje dirigido al Congreso en Washington, que Puerto Rico necesita la misma flexibilidad y ayuda financiera que si se tratara de cualquier otro estado de EE.UU. y no, como no se cansa de decir, una colonia del país norteamericano.
El joven gobernador -no llega a los 40 años- advierte que si el Congreso en Washington no diseña un «paquete» financiero acorde a la situación de Puerto Rico, cuyas infraestructuras están literalmente desparramadas por los suelos de la isla, se avecina una peregrinación en masa a EE.UU. que despoblará la isla.
José Villamil, uno de los economistas más respetados de Puerto Rico, dijo a Efe que si bien a corto plazo, durante un periodo aproximado de un año, la llegada de ayuda para la reconstrucción de fondos federales y del dinero de los seguros creará una sensación de crecimiento será solo un efecto temporal.
«Recuperar el sistema eléctrico llevará 2 o 3 años y las viviendas destruidas otros 2 años. El impacto -negativo- a nivel de crecimiento afectará a largo plazo», según Villamil.
En cuanto a la multimillonaria deuda de más de 70.000 millones de dólares que arrastra la isla, el economista aseguró que no se puede eliminar, pero que en su opinión el Gobierno federal tendrá que asumir una parte.
Un recorrido por las principales calles de la capital muestra un panorama desolador con la gran mayoría de comercios cubiertos todavía por maderas que se colocaron hace más de dos semanas ante el paso del huracán.
Centros comerciales como The Mall of San Juan de la capital ni siquiera han abierto sus puertas y Plaza las Américas, el más grande del Caribe, lo hace de forma limitada en horario y tiendas.
La firma Saks Fifth Avenue, con tienda en The Mall of San Juan, ofrece a sus empleados la posibilidad de reubicarse en otros establecimientos de la empresa fuera de la isla.
Los supermercados son los únicos establecimientos que, de momento, operan, aunque muchos siguen sin abrir sus puertas.
Uno de los sectores más afectados por el huracán es el turístico, ahora mismo inexistente por el cierre de hoteles y las limitaciones de los aeropuertos.
El Aeropuerto de San Juan parece que recupera la normalidad, pero las conexiones transoceánicas son pocas todavía.
Además, la aerolínea española Air Europa no volverá a operar hasta 2018, dada la prevista caída de turistas y los problemas operativos en el aeródromo de San Juan.
Varios hoteles del área turística de la capital han interrumpido sus operaciones por desperfectos y no hay fecha de reapertura.
El director de la Compañía de Turismo de Puerto Rico, José Izquierdo, no aclaró si las operaciones del establecimiento de la cadena española Meliá en Río Grande, municipio de la costa este, finalizarán, tal y como fue divulgado a través de las redes sociales.
La situación de la multitudinaria deuda es otro de los problemas acuciantes, actualmente bajo el Título III de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (Promesa, por sus siglas en inglés) que rige en la isla.
El título III de esa ley aprobada por el Congreso en Washington establece un proceso de reestructuración supervisado por un tribunal federal después de que Gobierno y acreedores no se pusieran de acuerdo en el pago.
El Gobierno, además, está supervisado por una entidad federal establecida por la Ley Promesa.
Congresistas prometen ayuda.
El grupo de congresistas de EE.UU. que hoy visitó Puerto Rico para conocer de primera mano el estado de la isla y evaluar su recuperación tras la devastación provocada por el paso del huracán María prometió hoy que el país norteamericano no se olvidará de la población de ese territorio caribeño.
El senador republicano por el estado de Wisconsin, Ron Johnson, dijo en conferencia de prensa junto al gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, que tras la visita realizada durante la jornada a distintas áreas de la isla puede asegurar que las necesidades de ese Estado Libre Asociado de EE.UU. serán atendidas.
«Los puertorriqueños no serán ignorados ni olvidados», subrayó Johnson, tras recordar que las visitas esta semana del presidente de EE.UU., Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, subrayan el interés que Washington tiene por dar una respuesta a las necesidades de Puerto Rico, completamente devastado tras el paso del huracán María.
«Hay personal de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias -Fema- trabajando en Puerto Rico las 24 horas», subrayó sobre cómo se han volcado las agencias de EE.UU. con la isla, tras destacar que la reconstrucción de la infraestructura eléctrica debe ser ahora la prioridad.
El también senador republicano por el estado de Colorado, Cory Scott Gardner, dijo por su parte que «Puerto Rico es Estados Unidos», por lo que el Congreso de EE.UU. deberá dar una respuesta adecuada a esta situación de emergencia creada tras el paso el 20 de septiembre del huracán María por la isla caribeña.
Stephanie Murphy, miembro del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes por el estado de Florida, resaltó que los puertorriqueños «forman parte de la nación estadounidense» y que la ayuda que ahora debe llegar a la isla hará un Puerto Rico más fuerte en el futuro.
El representante demócrata Sean Patrick Maloney, por el estado de Nueva York, recordó los atentados terroristas del 11 de septiembre y los comparó con lo que ocurre ahora en la isla tras el paso del huracán María.
La representante de Puerto Rico ante el Congreso, Jenniffer González, señaló que ya fue aprobada una ayuda inicial para la isla para atender la situación de emergencia tras el paso del huracán María de 12.700 millones de dólares.
González subrayó que ahora se ha pedido al Congreso un nuevo paquete de 16.000 millones de dólares que se espera se aprobado.
Estas cantidades son solamente una primera ayuda de una cifra final que precisamente han venido a estimar los congresistas de EE.UU.
«La de hoy es la primera delegación oficial que viaja a Puerto Rico tras el paso del huracán María», dijo González, para quien su función, precisó, es muy importante, ya que deberá trabajar para el paquete de ayuda final que deberá destinarse a la isla.
El gobernador de Puerto Rico estimó que los daños causados por el huracán María se sitúan en una cifra que oscila entre los 80.000 y 100.000 millones de dólares.
Rosselló recordó que el viernes le comunicó a Pence que se necesita una acción inmediata y que el objetivo es trabajar en el objetivo común de que el Congreso de EE.UU. destine un paquete de ayuda que cumpla con las necesidades de la isla tras María.
Gobernador espera ayuda
El gobernador señaló además que el portaaviones USNS Comfort recibió ya pacientes del hospital Menonita de Caguas y que continuará moviéndose por la costa de la isla caribeña para ayudar a los pacientes que lo necesiten.
Destacó que hay en la isla 12.300 militares ayudando en los trabajos de emergencia y reconstrucción, a los que se suman otros 1.000 miembros más de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema) y otros departamentos de EE.UU.
Además, se han distribuido tanques de combustible a quince municipios de la isla caribeña.
Rosselló anunció que hoy sale el primer crucero desde San Juan después del paso del huracán y que el muelle Panamericano de San Juan ya está en condiciones de recibir al Ferry del Caribe.
En cuanto al tráfico aéreo, hoy comienzan a operar los vuelos de las compañías Jet Blue y Spirit Airlines desde el aeropuerto de Aguadilla, municipio de la costa noroeste.
En estos momentos hay 66 hospitales en funcionamientos y 46 centros de diálisis, un número que se espera aumente durante los próximos días.
Hay operativas 179 sucursales bancarias y 145 cooperativas financieras, a lo que se suman 612 cajeros automáticos.
Operan 353 de los más de 450 supermercados que hay en la isla, el 44 % del servicio de telecomunicaciones se ha restablecido y hay 7.440 personas refugiadas en 116 centros habilitados.
La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) indicó que hay 705.000 clientes con servicio de agua, lo que supone un 56,2 %.
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) informó de que el 11,7 % de los abonados ya tiene energía eléctrica.
El gobernador informó que la Junta de Planificación y la Oficina de Gerencia de Permisos emitieron una orden administrativa para eximir del trámite de permisos de construcción a toda obra de reconstrucción o reparación de infraestructura afectada por el huracán María.
La orden estará vigente por 120 días y aplica a comercios de combustible, alimento, agua, servicios médicos, telecomunicaciones, bancos y oficinas profesionales, entre otros.