La era oscura de Hollywood no es nueva

Hollywood ha estado rodeado de escándalos desde que existe la industria del cine, pero desde la caída en desgracia del superproductor de Miaramax, Harvey Weinstein, se ha abierto una especie de cacería de brujas contra las figuras del entretenimiento, quienes valiéndose de su jerarquía, han cometido pecados inaceptables, pero el debate se centra ahora es si los denunciantes también no fueron cómplices de los actos que han salido a la luz pública ya bien sea por callarlos o hablar demasiado tarde.

 

Ojo Global Noticias.

 

Por Mario Quiroz.

 

El ojo el huracán ahora está encima del actor Kevin Spacey, el ganador del Oscar por “Belleza Americana” ahora enfrenta una serie de demandas y acusaciones públicas por supuestamente acosar sexualmente a varios hombres.

 

 

Uno de ellos es el actor mexicano Roberto Cavazos, quién hoy en su página de Facebook ha revelado que fue otra de las víctimas de acoso sexual del actor de “sospechosos habituales”, cuando coincidieron en el teatro londinense Old Vic, inclusive se atrevió aseverar que muchas personas en los próximos días también hablaran sobre los actos lascivos de Spacey.

 

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Kenvin Spacey, premios Actors 2016

 

En ese sentido varios directores de cine han sido denunciados por varias mujeres de acoso sexual o conductas inapropiadas en los set, el último ellos es el director Brett Ratner.

 

 

Olivia Munn y Natasha Henstridge son dos de las seis mujeres que han señalado de manera pública a Ratner, el director de «Rush Hour» (1998), «Red Dragon» (2002) o «X-Men: The Last Stand» (2006) y que también participó como productor en la serie «Prison Break» o el filme «The Revenant» (2015).

 

 

Henstridge declaró que tuvo que practicarle sexo oral a Ratner en el baño de su casa para que la dejará salir de la propiedad, tenía 19 años.

 

 

Por su parte, Olivia Munn aseguró que, durante su visita al set del filme «After the Sunset» (2004), el director se masturbó delante de ella en su tráiler cuando la actriz acudió para llevarle algo de comida.

 

 

El sexgate de Hollywood se hizo presente, es decir “si quieres ser famosa, has esto por mí”. El problema hace temblar a la industria y colocará una dosis de moral tóxica a sus contenidos. Es natural que los conservadores, comités, sindicatos y abogados ahora harán fiesta con estos escándalos para echarle mano a una industria rebelde, el ejemplo ya está a la vista con la suspensión de la filmación de “House of Cards”, y el anuncio que solo le queda una temporada más.

 

 

Hay miles de preguntas que se hace el colectivo y no consigue respuesta ante la pornografía oculta dentro de los sets y el poder que han tenido los productores, los seres humanos tienen un concepto ambiguo de la moralidad y en estos casos, esperemos que los actores no lo usen por tener el apoyo mediático del momento, sino todo lo contrario,que es desmontar la corrupción y actos bajos de los grandes empresarios o estrellas de Hollywood.

 

 

El caso de Harvey Weinstein es el mismo ejemplo de la extraña nomenclatura del cine, treinta años de acoso a actrices, modelos, maquilladoras y extras pasaron por debajo de la mesa y hasta ocultos por figuras de alto de  nivel desde actores hasta políticos.

 

 

En todos esos años pocas valientes fueron las que denunciaron la conducta del “todoporoso” Weinstein, Rose Mcgowan hace ya una década se atrevió a exponer al productor, pero nadie le hizo caso al parecer y de hecho la actriz de “Planeta de Terror” acusó al dueño de Miramax  de destruir su carrera con sus influencias.

 

 

Lo correcto es que todas las mujeres que habían sido víctimas en su momento hablarán y sometieran  al escarnio público al violador, cómo lo hizo Alysa Millano, quien hasta una fundación creó con el nombre de “Me Too” para ayudar en estas situaciones y dar apoyo público a quienes han sufrido los acosos, pero la mayoría de las actrices y actores por miedo a perder sus carreras o simplemente seguir en las pantallas decidieron callarse y hacerse parte del sistema injusto que ahora exponen, no es fácil perder el glamour y el dinero ante la posible venganza de un Weinstein.

 

 

La doble moralidad se ha descubierto en estos episodios, años de estas mujeres en silencio no es un tema cualquiera, ¿por qué Gwyneth Paltrow calló durante 15 años el espisodio con Weinstein?, ¿Qué obligó a Reese Witherspoon a no acusar a su violador cuando abusó de ella con tan solo 16 años?

 

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Gwyneth Paltrow y Harvey Weinstein, 1996.

Su conducta las ha hecho cómplices sin querer, lo mismo sucede con los actores que están saliendo contra Kevin Spacey, el miedo al poderoso dominó la dignidad antropológica de los individuos que a pesar de que saben cómo es la industria, decidieron quedarse a trabajar en ella, ahora empieza una depuración estilo  Keneth Anger , y su libro “Hollywood, Babilonia, quién hizo una predicción apocalíptica de este fenómeno que se cumple al pie de la letra.

 

 

La realidad es que es un tema discutible, los abusos y acosos no deben ser aceptados de ninguna manera por ninguna persona, pero hay que hacer un análisis en profundidad del silencio a conveniencia de muchos involucrados, tenía que llegar el New York Times con su investigación para que finalmente todo el mundo hablará y otros se quedaran bajo una falsa sorpresa como el actor Ben Afleck, quien tenía conocimiento desde hace años de la conducta de Weinstein.

 

 

Vendrán días oscuros para los guiones, las clasificaciones de películas, la necesidad de desnudos en las grabaciones y las escenas de violencia, parece una consecuencia necesaria ante un Hollywood oscuro que siempre ha existido y necesita depurarse.

 

 

Esperemos que las víctimas logren su justicia y esto sea más que una batalla mediática para ganar protagonismos por el momento. Los abusos jamás deben ser callados, la justicia tarda pero llega, sino que lo diga  Harvey Weinstein.

 

 

 

 

Mario Quiroz, periodista, fotógrafo, locutor, especialista en marketing y ventas, diseñador y tiene doctorado en Cine. 

 

 

 

 

 

 

 

 

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