El venezolano de frente al diálogo Gobierno vs MUD

El venezolano fue quién quedó en el medio de un «diálogo» el cual diversos analistas y parte de comunidad internacional vaticinan su fracaso debido a que el  chavismo no tiene intensiones de salir del poder.

 

Ojo Global Noticias

 

Por: Francisco de Lorca

 

Después de la suspensión del referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro por parte de tribunales menores penales sin competencia nacional, el 80% de los venezolanos decidieron  respaldar a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en sus convocatorias, ya que se denunciaba un golpe de Estado a toda vista, pero después de que la oposición ejerció presión desde la calle, el Vaticano llamó a un diálogo auspiciado por el Papa  Francisco, para buscar una solución política a la crisis de gobernabilidad y social  que padece la población del «país más rico de Suramérica», pero mientras los días pasan, la desesperación se agudiza de quienes viven en Venezuela, debido a tener los 3 «mundos», es decir la peor economía del «mundo», la inflación más alta del «mundo» y el sueldo más bajo del «mundo».

 

Este año 2016, la mayoría de la población venezolana, se encuentra ante una nueva realidad que jamás había vivido, «la miseria esparcida en todas partes» a niveles alarmantes, porque aquí no se trata de ser pobre, sino que los que tienen dinero y los que no lo tienen se han vuelto iguales ya que todos deben hacer colas por un número para comprar comida,  sume a esto el temor colectivo a morirse en una clínica o hospital porque insumos no existen para atender a un paciente y añada jugarse la vida o fallecer a manos de la delincuencia que no distingue entre razas, ideología o clase.

 

El responsable de este mundo apocalíptico es sin duda el gobierno de Nicolás Maduro,  porque no es que no pudo resolver la crisis tomando las medidas correctas de ajustes, sino que simplemente hizo nada, dejó que todos los demonios macroeconómicos se desataran sin control y ahora Venezuela tiene un monstruo que se la devora «a pasos de vencedores», bajo un régimen caído popularmente, que tiene como su única acción  resistir en el poder cuanto pueda, mientras sus ciudadanos padecen los embates de todo » el socialismo».

 

El gobierno y la oposición  iniciaron un diálogo hace 7 días, que además de liberar a 5 presos políticos, no ha mostrado ningún avance para buscar mejorar la vida de un pueblo que pide a llantos una solución.

 

Mientras los actores se sientan a discutir, el dólar llegó a la cifra de 1700 bolívares, el billete oficial de 100 bolívares que usa el venezolano, se hizo polvo en el clima de un país que ni siquiera tiene indices económicos confiables y su moneda no tienen ningún tipo de respaldo para el intercambio interno, ya que su sola impresión vale 250 bolívares, es decir un 150% más que su valor adquisitivo.

 

Venezuela tiene la comida más cara del planeta en comparación a naciones de extrema pobreza como Haiti o Zimbabwe , la canasta básica ya supera el precio de los 500 mil bolívares, y el sueldo mínimo aumentado 4 veces este año por el presidente Nicolás Maduro no llega a 80 mil Bolívares, en matemáticas simples, el venezolano combate un deficit de 420 mil bolívares que ni siquiera con tres trabajos sin descanso podría cubrir para vivir.

 

Los actores políticos esperan hasta el 11 de Noviembre a ver si hay algún avance o gestos por parte del presidente Nicolás Maduro en resolver la crisis, al mismo tiempo el aumento de personas que buscan comida en la basura se ha vuelto alarmante, Empresas como la consultora Datanálisis y el Programa para el Desarrollo de la Naciones Unidas, (PNUD), estiman que Venezuela ya alcanza un 80% de pobreza y 56,7% de pobreza extrema.

 

Los días pasan y en la «patria de Bolívar» existe un 80% de escasez de medicinas, mientras La Mesa de Unidad Democrática pide elecciones generales, en los hospitales Psiquiátricos los pacientes se mueren de desnutrición, niños sin alimentarse son abandonados en cajas de cartón cómo ocurrió el pasado 24 de Octubre en la ciudad de Puerto Ordaz.

 

El secretario general de la MUD, Jesús «Chuo» Torrealba, declaró el viernes 5 de Noviembre,  que no le importaba si el gobierno daba gestos para el diálogo, lo que si interesaba es que la oposición ya había cumplido con tratar de buscar una solución a la crisis, mientras decía estás palabras, solo el ese día  murieron 47 venezolanos a manos de la delincuencia.

 

El 26 de Octubre, la población casi a nivel nacional y desesperada salió masivamente a protestar por la suspensión del referendo revocatorio, los gritos de la masa en Caracas eran ir al palacio de gobierno, pero los líderes opositores convocan y convocan y nunca llegan a ningún sitio, solo a discursos en medio de las autopistas.

 

El venezolano en su mayoría demanda la salida de Nicolás Maduro, la población está al corriente que para ver una luz al final del túnel, debe cambiarse el modelo chavista,  pero lamentablemente está huérfana, porque la oposición por primera vez tenía las herramientas institucionales, nacionales e internacionales para presionar al gobierno a someterse a alguna consulta electoral, pero en vez de eso, confundieron el rol del Vaticano, al tratar de  convertirlo de mediador a padrino, esperanzados en que sea La Iglesia internacional la que presione al gobierno, ¿pero es que acaso El Papa le va pedir la renuncia al presidente?

 

Analistas como Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis sostiene que la oposición debió ir al diálogo, sin abandonar los procesos en contra Maduro por parte de la Asamblea Nacional (juicio político, abandono del cargo, doble nacionalidad, etc), así cómo tampoco dejar la calle con protestas.

 

Es alarmante que el enviado del Vaticano Monseñor Claudio Celli  haya dicho que «si fracasa el diálogo nacional entre el gobierno venezolano y la oposición, no es el papa sino el pueblo de Venezuela el que va a perder, porque el camino podría ser el de la sangre.» Estas declaraciones dadas el viernes 5 de Noviembre vienen dadas por las últimas acciones del ejecutivo, y  la pasividad de la oposición en esperar hasta el 11 de Noviembre, mientras ¿cómo queda el venezolano de a pie?

 

Parece que no le toca más que seguir  luchando día a día, en un país que no se vive, sino que se juega a la ruleta rusa por falta de políticos serios y bajo una dictadura que lo mejor que hace es bailar «salsa» en un programa de radio.

 

Seriedad señores que el hambre está en la calle.

 

El acercamiento fracasará y aquí nos hacemos eco de un articulo de opinión escrito por el periodista venezolano Manuel Malaver, para Noticiero Digital , «que el diálogo gobierno-oposición venga después de una guerra donde las partes, después de desgarrarse, tengan que cuidar sus pasos en un acuerdo que podría significarle males peores, sino al hecho de que, el nuevo diálogo con Maduro es otro de los tantos que se realizan en el país después de una crisis política que dura 18 años, y después de los cuales, siguen los mismos actores, los mismos discursos y las mismas tragedias.»

 

«Mejor dicho, los mismos, pero en todos los sentidos exponenciados, ya que cada día Venezuela es mucho menos, y los venezolanos otra raza de humanos que ha visto destruidos sus sueños, sus expectativas y deseos se escapar del horror, porque, sorprendentemente, ni en este ni en otros continentes, hay ojos ni oídos para otras crisis que no sean las que se ejecutan de manera ortodoxa, rutinaria y convencional.»

 

La gran pregunta de todas y en palabras del propio gobernador del estado Miranda Henrique Capriles, ¿será que la oposición estafó al pueblo con el diálogo?

 

Algunos actores como como el gobernador del estado Lara,  Henry Falcon, o el mismo Jesús «Chuo» Torrealba ya avisan en varios escritos, que después del 11N no ocurrirá nada en Venezuela, solo piden seguir luchando en contra de un hombre que no le interesa ver a niños buscar comida en la basura, disculpen pero no se le puede pedir a «tanta necesidad» tiempo y estrategia, sino acciones, a veces no vemos que somos parte del problema  y lo peor es cuando somos arrogantes no entendemos que con nuestra manera actuar podemos hacer más daño que bien.

 

 

 

 

 

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