Una planta solar alimenta las esperanzas de refugiados sirios en un campamento jordano
Ojo Global Noticias.
Zaatari (Jordania), 13 nov (EFE).- Basem Mohamad observa con alegría la nueva planta solar que fue inaugurada hoy en el campo de refugiados de Zaatari, el mayor de Jordania, y espera que esta fuente de energía mejore las condiciones de vida de sus siete hijos en el superpoblado campamento.
«Espero que la planta dé la posibilidad a mis siete niños de ver la televisión por la mañana, en lugar de estar jugando con la arena sucia, de la que pueden contraer enfermedades», dice a Efe este refugiado desde su tienda mirando hacia la nueva planta, la más grande del mundo levantada en un campamento.
«Ahora tenemos electricidad entre las 7.00 de la tarde y las 3.00 de la mañana. Esperamos que con la nueva planta nos suministren energía durante unas horas por la mañana, así mis hijos podrán cambiar sus hábitos», añade el hombre, procedente de la ciudad siria de Deraa (sur), denominada «cuna de la revolución», mientras quita la arena del rostro de uno de sus pequeños.
El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Jordania, Stefano Severe, explicó en la inauguración que la planta fotovoltaica, con capacidad para producir 12,9 megavatios, permitirá a la agencia ofrecer 14 horas al día de electricidad a unos 80.000 refugiados, frente a las ocho horas actuales.
«Esto aliviará las condiciones de vida de las familias en el campamento y mejorará su seguridad, al mismo tiempo que facilitará la conservación de alimentos y permitirá a los niños tener más horas para hacer sus tareas», detalló Severe.
Asimismo, la energía solar representará un ahorro de unos cinco millones de euros cada año para la agencia de la ONU, que podrá emplear este dinero para desarrollar otros «servicios vitales», según el representante.
Además, no sólo los refugiados se beneficiarán de la nueva fuente de energía, sino que esta alimentará otras instalaciones, como hospitales y las oficinas de las organizaciones humanitarias sobre el terreno.
El proyecto ha sido financiado por el Banco alemán de Crédito para la Reconstrucción y el Desarrollo (KfW) con 15 millones de euros y busca ofrecer energía sostenible no sólo a los refugiados sino a los jordanos que habitan en la zona donde surge Zaatari, según la embajadora alemana en Jordania, Birgitta Siefker-Eberie.
Subrayó durante la ceremonia de apertura que la planta se enmarca en la ayuda que Alemania está dispuesta a ofrecer a Jordania para que desarrolle fuentes de energías renovables, con el objetivo de que cubran un 20 % de sus necesidades en 2015.
Por su parte, un representante del KfW, Joachim Nagel, consideró que la planta «ayudará a estabilizar la red de distribución eléctrica en la región, reduciendo de esta forma los cortes de luz» que sufren los que residen en los alrededores del campamento, creado en 2012 y que ha llegado a hospedar hasta 120.000 sirios.
El ministro de Energía jordano, Saad Jarabsheh, agradeció a Alemania su apoyo para «hacer frente al peso financiero de hospedar un número tan grande de refugiados» -620.000, según ACNUR-, al mismo tiempo que lleva a cabo varios proyectos en el reino para ayudarlo a diversificar sus fuentes de energía.
La ONU también señaló que 75 refugiados sirios han participado en la construcción de la planta, compuesta por 40.000 paneles solares, han adquirido experiencia en el sector de las energías renovables y han generado ingresos extra para sus familias, algunas de las cuales llevan años en el campamento.
Un padre de familia de nombre Tahani al Hash Ali, procedente de la localidad sureña de Tel Shehab, desea que la planta fotovoltaica les permita tener una «vida mejor» en aspectos tan sencillos como almacenar correctamente la comida o que los niños tengan horas de luz durante el día para hacer sus deberes.
«En lugar de perder el tiempo jugando en este entorno sucio, mis hijos pueden ver la televisión o navegar en internet para mejorar sus notas en el colegio», asegura el hombre con esperanzas puestas en la energía que les brindará el sol.
Abdul Jalil Mustafa