El Parlamento Venezolano después del 1 de septiembre

Por Francisco de Lorca

 

La oposición venezolana logró recomponerse gracias a la marcha del 1 de septiembre, demostró tener pueblo más que suficiente para presionar los cambios que necesita Venezuela para salir del atolladero y miseria en que se encuentra gracias al gobierno de Nicolás Maduro, pero al final ¿cual es el resultado de esa manifestación mediática, popular y cívica que se vivió en las calles de Caracas y en varias ciudades del mundo?

 

A todas luces la respuesta se reduce en una frase “más de lo mismo”, los ciudadanos marcharon, pasaron barreras, alcabalas, requisas y caminaron por toda la ciudad para que al final de día solo se leyera un manifiesto de parte de los líderes opositores, y después se convocará un “caceloraso” pero todos quedamos con la pregunta ¿ y ahora qué?

 

La dirigencia opositora parece que aún no se da cuenta que pelea contra una dictadura, que no le interesa si todo el país está en contra de ella, si media Caracas se viste de blanco, si las personas pasan hambre, no tienen luz o si los matan en la calle por la delincuencia. El gobierno chavista solo quiere mantener su estatus de vida, quedar bien con la comunidad internacional y mantenerse en el poder ¡cómo sea!

 

Los oposición no marco una hoja de ruta popular ni institucional, solo declararon que el próximo 7 de septiembre van a existir movilizaciones a las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE) para reclamar el derecho al referéndum revocatorio, pero eso es solo es un pequeño trecho de la gran montaña que hay que pasar.

 

Otra pregunta que la gente se hace es ¿cuál va ser la labor de la Asamblea Nacional? Hasta ahora ha sido un ente sin ninguna función aplastado por el Tribunal Supremo de Justicia.

 

La periodista Venezolana Nitu Pérez Osuna da en el clavo en su articulo “Primero Dilma, después Maduro”, en el cual se explica cuál debería ser el rol del parlamento en cuanto a la presión que debe ejercer sobre el gobierno venezolano colocando de ejemplo la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.

 

La Asamblea Nacional fue elegida por el pueblo, y ahora  goza del respaldo popular que el presidente no tiene, ¿qué pasaría si en un debate mediático se discute la nacionalidad del primer magistrado venezolano? ¿cómo quedaría el gobierno chavista si el parlamento acusa con nombre y apellido a quienes de la administración “revolucionaria” han desfalcado a la nación y declara sus remociones? Y hasta podemos llegar más allá, ¿por qué no se habla de la destitución de Nicolás Maduro por los desordenes y manejos de las cuentas del Estado y el presupuesto nacional?

 

El gobierno chavista hizo el 1 de septiembre lo que tenía que hacer para mantener su estatus de vida, dejar que los opositores caminaran, mentir sobre el número de personas que asistieron a las concentraciones de ambos bandos , sembrar miedo y desesperanza, meter presos a cuarenta personas, montar imágenes falsas sobre el apoyo a Maduro y declarar que en Venezuela hay democracia y Paz.

 

La oposición venezolana debe hablarle claro a la población, y fijar una sola hoja de ruta que no se dilate en el tiempo, ya tienen un elemento importantísimo que es la fuerza popular, es decir el pueblo que quiere cambiar su terrible realidad, pero sino se va más allá de las cacerolas, marchas y declaraciones, sus acciones serán tan efectivas como una reunión de junta de condómino.

 

La presión internacional será fundamental y ahora se tiene una Asamblea Nacional que representa los intereses de los venezolanos, ella debe hacerse acompañar por todos los sectores que aún quedan en el país para llevar el mensaje que Venezuela todavía se puede rescatar, inclusive jugársela a que Maduro les de un golpe de Estado, así no habría más remedio que el uso del articulo 350 de la constitución bolivariana en cual dice que se debe desconocer un régimen que esté fuera de la ley, y por supuesto la activación de la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA).

 

Recordemos que una cosa que le afecta al gobierno de Maduro es su imagen internacional, ejemplo de esto es que nunca dejan de cumplir los pagos de la deuda externa, asiste a cuanta reunión o foro se convoque (MERCOSUR ejemplo) y se mantienen siempre en una pelea en la OEA contra su secretario general Luis Almagro debido a las denuncias que ha hecho este último sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela.

 

En el 2014 se perdió una gran oportunidad con las protestas estudiantiles, ahora más que nunca se necesita unión, el 80% de los venezolanos tienen un objetivo común y cualquier acción institucional y constitucional será respaldada por la gran mayoría que quiere salir del desastre que es la revolución chavista.

 

 

 

Artículo de opinión escrito para Ojo Global Noticias por Francisco de Lorca

 

 

 

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