¡No quiero que te vayas hermanito!
Tras 17 años de la llegada del Chavismo a Venezuela, existen miles de historias que son contadas, otras que nunca se relatan y algunas que sólo saben las personas que viven la revolución, pero la tragedia quizás irreparable que le ha ocurrido a los venezolanos en este tiempo de “Socialismo” más allá de la escasez, la inseguridad y la falta de servicios, es sin duda la separación familiar, la dolorosa despedida cuando ves a un a un ser querido irse a un futuro incierto, donde entre lagrimas y buenos deseos solo queda esperar un regreso que quizás nunca llegue.
Por: Mario Quiroz.
Petare es conocida como la zona popular o barriada más grande de Sur América, ubicada en el este de la ciudad de Caracas, su arquitectura, vida y gente la hace única, porque a pesar de tener altos índices delictivos, la mayoría de las personas que viven en esa localidad, son honradas, trabajadoras, educadas y luchan para sobrevivir en un país donde cada día que pasa la vida es mas difícil y caótica.
En la búsqueda de unas imágenes para un trabajo artístico, tuve la oportunidad de conocer la historia de Carlitos y Jorgito, dos niños que hacen vida en una de las localidades de la barriada de nombre «Maca». La madre de ambos chicos es una señora alta, delgada, de piel blanca y cabello claro, de una manera muy educada nos dejó fotografiar a sus pequeños, pero también nos pidió que no divulgáramos su nombre ya que trabajaba para un ente del gobierno del presidente Nicolás Maduro, y temía que a raíz de las fotos, podría ser despedida de su trabajo.
El padre de los niños se encuentra en España, la madre nos contó que se separaron hace cinco años, la razón no fue por problemas de pareja o la aparición de un tercero, sino por cuestiones políticas, la señora nos confesó que era muy afecta al fallecido presidente Hugo Chávez y su ex esposo era un empleado de la telefónica estatal, pero por firmar una planilla en el 2004 a favor de un Referéndum Revocatorio contra “el comandante,” fue víctima de una persecución política durante años y hasta desprecio de su propia esposa, lo cual lo obligó a irse de su hogar y buscar un futuro mejor en otro país.
Carlitos es el mayor con diez años, le toca la parte más difícil, va solo tres veces a la semana al colegio, los lunes trabaja con su tío en un taller mecánico para ayudar un poco con los gastos de la casa, allí ha aprendido a cambiar cauchos, lavar carros y armar y desarmar alternadores, su cuerpo ya denota el de un hombre pequeño, la inocencia ya no existe, sino marcas de experiencia y de esfuerzo para llenar una despensa cada vez más vacía.
Los miércoles debe hacer la cola por su mamá en algún mercado y avisarle apenas llegue algún producto como el azúcar, el arroz o de higiene personal, para que ella se traslade al sitio y logre comprar a mejor precio.
En las tardes se dedica a estudiar y a cuidar a su hermano, la vecina de la casa siguiente, se encarga de vigilarlos, mientras su madre llega del trabajo, ella solo está con ellos en la noche, les lava la ropa, ve tv junto a los chicos; a Jorgito le canta la canción Amor Eterno para dormirlo, luego debe levantarse a las cuatro de la mañana para dejarles el almuerzo hecho con lo poco que ha podido conseguir en la semana, ya que el salario no le alcanza para comprar en la economía informal, en esos mercados no regulados y populares sí hay abastecimiento de todo tipo gracias a los llamados «bachaqueros», que van a diferentes sitios a hacer cola y cuando consiguen el producto lo revenden, pero cuatro veces más costoso que un establecimiento privado o del estado, hay que recordar que Venezuela es el país que tiene el sueldo más bajo de Latinoamérica, al cambio en relación bolívares con moneda extranjera, el salario mínimo equivale a 30 dólares al mes.
Jorgito de 5 años si ha podido estudiar con regularidad, su hermano Carlitos cuando no está en el colegio, igual se encarga de ir a buscarlo a la hora de la salida, le ha tocado de hacer de padre, ya que debe estar al cuidado y agarrarlo de la mano hasta llegar a la casa donde viven.
Jorgito siempre tiene una sonrisa, inventa mundos imaginarios, le da miedo quedarse en el hogar solo, pero a veces le toca, habla regularmente con su papá por teléfono, quien le manda ropa a ambos desde España, su mirada es aún inocente ante su realidad, lo más tierno es que nunca deja de llamar a Carlitos para cualquier cosa, así sea para que le amarre las trenzas de los zapatos.
Carlitos adora a su hermanito, el cuidarlo lo ha hecho madurar, mientras el pequeño habla de “Goku,” personaje de Dragon Ball Z que ve todos los días, al mayor de los hermanos, no le toca más en que pensar como racionar la comida junto a su madre, para que Jorgito coma bien a la hora de cenar, no tienen juguetes, juegan con lo que encuentran a la mano, el pequeño ve una montaña de palos y dice que ese es un fuerte que hay que derribar en una batalla, mientras su hermano con mirada triste lo observa ya que nada más puede tener sino su imaginación.
Los fines de semana ven televisión, juegan con otros niños en su cuadra o solo observan desde su casa hacia la calle, su madre no puede llevarlos al cine o un buen parque, ya que estos entretenimientos se ha convertido en un lujo para los venezolanos, la razón se debe por el alto costo de las entradas o la comida a consumir en dicho sitios, tampoco practican algún deporte a pesar de que Carlitos tiene un super talento para el fútbol y se inspira viendo a Leonel Messi.
En dos ocasiones, delincuentes han tratado de entrar a su casa, pero gracias a los vecinos que saben que están solos, los antisociales han sido repelidos, Carlitos nos cuenta que una vez hubo un intercambio de disparos por parte de la policía contra antisociales del lugar frente a su vivienda, solo le quedó proteger a su hermano debajo de la cama, mientras en llanto llamaban a su mamá y a su papá.
Afortunadamente son niños que gozan de buena salud, pero su primo Vicente de siete años no fue el mismo caso. Hijo de la hermana de su madre, Vicente vivía a cuatro casas de Carlitos y Jorgito, dos veces a la semana lo iban a visitar, pero un día les dijeron que su primo se había ido, que ya no despertaría, para Jorgito su primo se fue al cielo, para Carlitos su primo murió de Cáncer en el estómago y en la Venezuela Revolucionaría ya hace más de un año que no llegan medicamentos para estas enfermedades, ni tampoco los tratamientos para quimioterapia, ambos vieron a su familiar partir en una urna, porque la realidad es que el “Socialismo del siglo XXI” no garantiza la vida en el país más rico de Sur América.
Mientras los niños nos ayudaban con las fotos y ante la mirada de aquel político militar que prometió un paraíso en su país, la madre con mucha rabia y lágrimas en sus ojos nos dijo estas palabras “Si pudiera regresar a 1998, jamás votaría por Chávez ni una vez, destruyó al país y mira como nosotros lo seguimos, y nos volvimos a equivocar al votar por Maduro, ricos ellos y yo soy pobre, perdí a mi esposo por defender esta cosa llamada «revolución», la lucha de los pueblos, el imperio y la igualdad, ¡pura paja!, la verdad es que me arrepiento mil veces, Chávez se agarró lo de los demás, los amigos de él se quedaron con los dólares de la gente, todos debemos asumir nuestra culpa, en no saber lo que teníamos hasta que lo perdimos o mejor dicho lo !botamos!”
Foto: Mario Quiroz.
«Qué pesar tan grande esta vida que llevo, lamento que a mis hijos pequeños les haya tocado vivir estos tiempos oscuros, ya a Carlitos se le fue su niñez entre tanta necesidad, gente mala y tonta que aún defiende la mentira que Chávez nos trajo, tendré que ver a Jorgito partir por mi culpa, Dios me está castigando por creer en algo falso, la carne de mi carne se irá en un avión».
El padre de los pequeños llegará el próximo mes de Agosto por unos días, hace dos semanas por teléfono le dio una solución a la madre ante la dramática situación que viven, que no era más que llevarse a uno de los niños a España. Carlitos nos dijo que él se quedaba para que su hermanito tuviera una oportunidad en un sitio mejor, que él ya sabía cómo vivir en su “barrio,” y tenía que ayudar a su mamá , y esperaría a Jorgito que algún día lo vaya a buscar para de nuevo estar juntos.
Con lágrimas en sus ojos, Carlitos se preguntaba ¿Mi papá le cantará a mi hermano cómo mi mama lo hace? Yo ya no le podré sostener de la mano, ni arroparlo, ahora ¿quién lo buscará en el colegio?
Jorgito no sabe todavía que se va a España, la separación y la despedida entre ambos será quizás el momento más duro que vivan estas personas, es el legado de la revolución que aun no quiere irse y prefiere que los venezolanos emigren de su país antes qué ofrecerles futuro.
Jorgito empieza un exilio, el pequeño se irá sin su hermano y su mamá, el pecado más grande de la política es destruir las familias, y el de ellas, dejarse tocar por los discursos mesiánicos, que sólo eran mentiras y que están presentes en lo que hoy es la Venezuela “ Pots Chávez”, herida en su corazón y con ella niños con sus lágrimas que no entienden la realidad, pero tienen que vivirla.
Al final del día me llevo mis fotos, y le doy gracias a estos pequeños, su madre me da un poco de ¨agua panela¨ para terminar la tarde de captar imágenes en Petare, me pregunta si tengo hijos y le respondo que si, pero no quise dar más detalle por que gracias a Dios mis pequeños han tenido más suerte, pero cuando veo a Carlitos y a Jorgito siento su historia como si fueran míos y sufro un poco con ellos.
La madre me pidió que los acompañara al aeropuerto en un gesto de cortesía y le tomará unas fotos allí, pero debo confesar que buscaré una excusa, porque al ver lo unidos que estaban, no podré soportar cuando se abracen y se despidan, el pequeño irá quizás a un futuro mejor, donde encontrará una esperanza, pero sin el amor ni canciones de su madre, su hermano ya no podrá más amarrarle los trenzas de los zapatos, en cambio Carlitos no pierde la fe de que todo será por un rato, me dijo el mensaje que tiene para su hermano en el aeropuerto cuando le toque verlo partir, ¡No quiero que te vayas hermanito, pero aquí estaré cuando vuelvas!
Trabajo escrito y visual para OJO GLOBAL NOTICIAS por Mario Quiroz, periodista, fotógrafo, locutor, especialista en marketing y ventas, diseñador. – Fotos de Mario Quiroz