El milagro de Tina Frots, una sobreviviente de Las Vegas.
Tina Frots se ha convertido en una noticia viral, gracias a su recuperación milagrosa en el Hospital y Centro Médico Sunrise, Lo sorprendente del caso es que los médicos que la trataron no daban buen pronóstico sobre la evolución de la joven, quién este viernes ya ha empezado a caminar.
Ojo Global Noticias
Tina Frost llegó al Sunrise Hospital de Las Vegas desangrándose. Una bala le había entrado por el ojo derecho, destrozando la parte frontal de su cráneo y su frente.
Frost, de 27 años, fue una de las 22,000 personas que viajaron al hotel Mandalay Bay la noche del 1 de octubre para presenciar el concierto Route 91 Harvest Festival. Cuando Stephen Paddock disparó contra la multitud, se provocó una estampida, y Frost, aterrorizada, se echó a correr. Sintió brevemente un puntazo en la cabeza. Luego cayó y ya no pudo levantarse.
Un hombre la auxilió hasta que su novio, Austin Hughes, la trasladó a un centro médico. Al ingresar al quirófano, sus heridas eran tan graves que los cirujanos fueron obligados a sacarle el ojo donde se había alojado la bala para poder salvarle la vida. También tuvieron que sustraerle un pedazo de hueso frontal para que el cerebro de Tina pudiera expandir. Tras la operación, la joven permaneció en coma y con respirador mecánico, pero por la severidad de sus heridas, en el 90% de los casos son causa directa de muertes los pacientes.
«Ella tendrá fragmentos de la bala en su cerebro para siempre«, dijo la madre de Frost, Mary Moreland, a Las Vegas Review-Journal.
Dada la severidad de la herida, el doctor Allan MacIntyre y los otros cirujanos que trabajan en el Sunrise llamaron rápidamente a un neurocirujano.
El doctor Keith Blum, quien dijo haber visto por lo menos 10 heridas de bala en la cabeza esa noche, «y probablemente más», hizo la intervención quirúrgica y trabajó para mantener viva a Frost.
«Lo que estás esperando son fracturas de cráneo», señaló Blum citado en Review-Journal. Las lesiones en el cebrero causadas por balas de rifle de alta velocidad no son fáciles de tratar, añadió.
Su madre, Mary Moreland, inmediatamente comenzó una campaña para informar a sus familiares y amigos sobre su estado de salud, así como recaudar fondos para lograr solventar los futuros gastos médicos. La recuperación de Frost—si la habría—sería larga.
Pero los médicos no eran optimistas. Los signos de mejoras no eran contundentes y no podían garantizar el estado en que Frost se encontraría en caso de lograr salir del coma. “Desafortunadamente, algunas personas jamás se recuperaran”, dijo Keith Blum, un neurocirujano en el Sunrise Hospital, a CNN unos días después del tiroteo. “En [el caso] algunas de las personas, yo diría que hay que esperar un año”.
Pero de un momento a otro, Frost comenzó a llamar la atención del personal del centro médico. Empezó a respirar por sus propios medios. La retina de su ojo izquierdo presentó buena dilatación. Sus riñones e hígado entraron en funcionamiento. Movía las piernas, los pies y los dedos cuando se lo pedían los enfermeros. Su madre documentó cada avance.
El viernes pasado ocurrió lo inesperado: Frost despertó. También logró tomar seis pasos, lo cual provocó la emoción de los enfermeros, los médicos y sus familiares.
Actualmente, las autoridades se preparan para trasladar a Frost a otro hospital más apropiado para su recuperación de corto y largo plazo.