Ojo Global Noticias/DPA
Redacción
Bogotá.– La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciará este sábado la décima conferencia en su historia para aprobar el acuerdo de paz al que llegó con el Gobierno colombiano y definir su disolución como grupo armado para convertirse en una formación política legal.
La conferencia se prolongará hasta el 23 de septiembre en un sector selvático del departamento de Caquetá, al sur del país, tres días antes de la firma del acuerdo de paz, que se llevará a cabo en una ceremonia solemne en la ciudad caribeña de Cartagena de Indias.
Los principales jefes de las FARC regresaron hace algunos días a Colombia después de casi cuatro años de negociaciones en La Habana.
De la guerra a la paz
Todos los jefes guerrilleros han destacado que desde la primera conferencia, que se efectuó en 1965, hasta la novena, en 2007, las reuniones habían sido para discutir planes de guerra, mientras que esta vez se hace para aprobar la renuncia a la lucha armada y hablar de la paz.
Las anteriores conferencias fueron realizadas en la clandestinidad y sus resultados se conocieron a nivel nacional semanas o meses después, mientras que la décima reunión cuenta con el aval del Gobierno y tendrá amplia difusión.
«Cada conferencia tiene su característica. Esta, por el momento, tiene una importancia relevante», dijo Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», el máximo líder de las FARC, al llegar el lunes pasado desde La Habana al lugar donde se hará la reunión, en un sector rural que pertenece al municipio de San Vicente del Caguán.
«Todo lo que estamos haciendo ahora nos va a ayudar mucho en la búsqueda de los objetivos que tenemos», agregó «Timochenko», quien llegó a la zona junto con el equipo negociador de las FARC en un avión con emblemas de la Cruz Roja.
Todos a la conferencia
La Fiscalía General suspendió por una semana las órdenes de captura en contra de 24 miembros de las FARC que están presos para que puedan participar en la conferencia.
Delegados del Gobierno, de las FARC y de las Naciones Unidas se reunieron este jueves en esa zona de Caquetá para definir algunos detalles de las zonas donde se concentrarán las FARC a partir de cinco días después de la firma del acuerdo de paz.
Los cerca de 8.000 guerrilleros estarán en 27 sectores durante 180 días, tiempo durante el cual prepararán su reincorporación a la vida legal y entregarán sus armas en fases ya establecidas a las Naciones Unidas.
Las partes definieron que el 27 de septiembre, al día siguiente de la firma del acuerdo de paz, se instalará la Comisión de Implementación, Seguimiento y Verificación, liderada por Naciones Unidas.
El acuerdo de paz será firmado por el presidente Juan Manuel Santos y «Timochenko» en una ceremonia a la que asistirán los presidentes de Cuba, Raúl Castro; de Chile, Michelle Bachelet; y de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyos países actúan como garantes y acompañantes del proceso de paz.
También asistirán los presidentes de Costa Rica, Luis Guillermo Solís; de Ecuador, Rafael Correa; de Guatemala, Jimmy Morales; de Honduras, Juan Orlando Hernández; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; de México, Enrique Peña Nieto; de Panamá, Juan Carlos Varela; de Paraguay, Horacio Cartes; de Perú, Pedro Pablo Kuczynski; y de República Dominicana, Danilo Medina.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, también asistirán al acto.
Tras la firma del acuerdo de paz, los colombianos acudirán a las urnas el 2 de octubre para refrendarlo o rechazarlo en un plebiscito.
«Sí» contra el «No»
La coalición gobernante de centro-derecha Unidad Nacional hace campaña por la aprobación del acuerdo, con el respaldo de la oposición de izquierda y de partidos independientes.
Por su parte, el partido de derecha radical Centro Democrático, dirigido por el ex presidente y ahora senador Álvaro Uribe, pide que el acuerdo sea rechazado.
Santos ha afirmado que espera con optimismo la aprobación para implementar los acuerdos y que si llegase a ganar la opción del «no», el proceso de paz se rompería y seguiría la confrontación armada con las FARC por otros años más.