La terrible jugada de Maduro y sus consecuencias

 Por Francisco González

 

Una Jugada macabra, un acto planeado y premeditado, una tramposería terrible hecha contra unos tontos útiles (la dirigencia de oposición), así se puede calificar la suspensión del referéndum revocatorio en Venezuela.

 

Días atrás periodistas venezolanos como Nelson Bocaranda, Eugenio Martínez, el politólogo Nicmer Evans, y el analista Luis Vicente León había advertido que el chavismo-madurismo se jugaría el todo por el todo, para no salir del poder y así fue.

 

El presidente Nicolás Maduro está al corriente de que más del 70% de los venezolanos pide su salida para cambiar el desastre que hoy es Venezuela, era lógico que los “pranes” que hoy gobiernan al golpeado país, no iban a dejar que sus presos salieran masivamente a plasmar una firma para buscar una salida a la cárcel que es hoy “la patria de Bolívar”.

 

El efecto comunicacional de ver a más 10 millones de personas en las calles durante tres días pidiendo la salida del primer magistrado venezolano iba a ser devastador para el chavismo, era un referendo adelantado, una crónica de una salida anunciada.

 

Maduro se la juega y da un Golpe de Estado ya completo para el día de hoy, la Constitución de Venezuela y marcos legales quedaron para uso exclusivo de los sanitarios.

 

Los síntomas fueron evidentes cuando desconoció al parlamento, luego las miles de trabas para el procedimiento del referendo revocatorio, después presentar el presupuesto de la nación ante el Tribunal Supremo de Justicia, lo cual es inconstitucional y por último suspender la voz del soberano a base de tribunales menores penales, ya que en su bufete personal, había divisiones que no quisieron participar en el golpe que estaba en ejecución.

 

La cúpula militar decide acompañarlo en la misión, Maduro sale en un viaje relámpago sin sentido para tapar lo que venía, los tribunales al ritmo de una orquesta se pronuncian en 5 estados dominados por el chavismo para suspender y aplastar el derecho del “soberano” a elegir su destino.

 

Como ya dictadura declarada los líderes opositores más emblemáticos Henrique Capriles (gobernador del Estado Miranda)y Jesús “Chuo” Torrealba (secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática)  se les prohíbe salir del país, es decir dentro de poco estarán presos.

 

Venezuela acaba de darse cuenta que un chofer de autobús, puede ser un tirano sin importarle absolutamente nada.

 

 

Las consecuencias

La oposición a raíz de este golpe, queda sin mucho que hacer y dividida con casi todo el país reclamándoles acciones que nunca han hecho.

 

Por lo visto ya no contarán con el partido Un Nuevo Tiempo, quienes negociaron con el gobierno la libertad de su líder, Manuel Rosales (casa por cárcel si a eso se le puede llamar libertad), a cambio de que sus alcaldes firmaran el presupuesto inconstitucional.

 

Si el golpe se queda como está, ¿quién le dice a Maduro que no pueda suspender las elecciones de gobernadores si piensa que las va a perder?

 

La otra consecuencia es que tres de las rectoras del Concejo Nacional Electoral se les vence el periodo este 2016, pero como la sala constitucional es el nuevo parlamento, estas señoras serán de nuevo reelegidas para sus cargos y así cualquier decisión electoral en la cual el gobierno sea afectado no procederá por el voto de estas damas.

 

De no existir una respuesta rápida, tajante y de unión, el chavismo se radicalizará más y por ende los venezolanos tendrán dos caminos a elegir, salir de Venezuela o vivir en dictadura.

 

¿Qué hacer?

 

Primero la oposición debe depurarse y sacar a los infiltrados, los negociadores mal sanos, los traicionaros y entender de una vez por todas que en Venezuela no hay «Estado de Derecho» y pelean contra una dictadura.

 

Henry Ramos, Henrique Capriles y otros voceros deben dejar de ser arrogantes y colocarse del lado de la gente, convocar a todos los sectores y movilizar a los ciudadanos contra ya una tiranía declarada.

 

Con las acciones del gobierno, Venezuela pasa a ser un Estado que tiene dos caminos o quedarse con lo que hay, o convocar al soberano a través de una Asamblea Nacional Constituyente, tesis de personas como Diego Arria y la ex magistrada, Blanca Rosa Mármol que en sus planteamientos ahora tienen toda la razón.

 

Se tiene que eliminar de raíz esa podredumbre que son hoy las instituciones venezolanas, sino seguirá el mismo mal que ya no crece, sino consume y eso solo se logrará cambiando el Estado que ahora solo sirve a una élite.

 

Todo depende de la respuesta de la dirigencia opositora, decir frases tontas como “el gobierno no se cuenta porque teme al pueblo”, es más de lo mismo y una cosa es segura el “gobierno no le teme al pueblo”.

 

Así como Maduro se jugó el todo por el todo, ahora hay que esperar que se jugará la oposición en vista de la acción que ya se había alertado y que nadie pensó que sería capaz, como no lo fue Hugo Chávez, pero al final el «presidente obrero»si dio el golpe que su predecesor nunca se atrevió.

 

Mientras que se le puede pedir a los Venezolanos,  ya no más parece, han pagado caro su error de 1998, y más caro aún el de 2013 con hambre y muerte.

 

Solo queda esperar, porque lo que va a ser Venezuela en los próximos años, se define en las dramáticas horas por venir.

 

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