La semana de la verdad para Venezuela
Ojo Global Noticias
La oposición venezolana empezará a partir del 22 de Octubre movilizaciones en en toda Venezuela, para el rescate del hilo constitucional que ha sido roto por el presidente Nicolás Maduro junto con los organismos y tribunales fieles al oficialismo, al suspender la convocatoria del referendo revocatorio.
El domingo 23 será quizás el día más difícil del año, ya que la Asamblea Nacional podría decretar la falta absoluta del presidente Nicolás Maduro e inclusive su destitución por el caso de su aparente doble nacionalidad venezolana-colombiana, y de ser cierta tal afirmación, la constitución de Venezuela establece que el presidente de la república debe ser venezolano por nacimiento para ejercer el cargo.
Jesús Torrealba, secretario general ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a una treintena de partidos y organizaciones de oposición, afirmó en una rueda de prensa que el oficialismo no quiere medirse electoralmente porque «no tiene los votos para ganar ni el referendo ni las elecciones de gobernadores».
Adujo que si un régimen actúa fuera de la normativa constitucional y desconoce los resultados del sufragio universal no es un régimen democrático, sino uno «que actúa a partir de los principios y procedimientos de una dictadura», aunque no se trate de una dictadura formal, acotó el dirigente opositor.
Las principales encuestas en el país indican que Maduro y sus aliados habrían perdido esas consultas por un amplio margen.
Horas más tarde, la coalición opositora anunció una serie de acciones de calle para presionar por que se revierta la suspensión del referendo y denunciar que en Venezuela se produjo una ruptura del «hilo constitucional».
El líder opositor Henrique Capriles, uno de los principales promotores del referendo, manifestó en rueda de prensa que la decisión de las autoridades electorales «lo único que hace es profundizar la crisis que estamos viviendo nosotros los venezolanos»
Capriles advirtió que la alianza opositora tiene «una capacidad de contención» que se apoyaba en la realización del referendo, pero «nosotros no podemos decirle a una persona que ve cómo se le atropella… ponga la (otra) mejilla».
Acto seguido convocó a los venezolanos «a tomar a Venezuela de punta a punta» el próximo miércoles, sin dar detalles de la naturaleza y duración de esa protesta. «Ese día, para que lo tengan claro: Ojalá que los señores y quienes están en el CNE… recapaciten y echen para atrás la decisión inconstitucional, la basura que sacaron ayer».
«La Unidad no quiere un escenario distinto al que sea el pueblo que decida. Nosotros no queremos un golpe de Estado en Venezuela, nosotros no queremos un estallido social».
«La mayoría de los venezolanos queremos un cambio. La unidad convoca a todos los venezolanos a restituir el hilo constitucional que este gobierno corrupto ha roto», agregó.
Previamente, Maduro había enviado un exhorto a los venezolanos acatar las leyes y evitar escenarios de confrontación. «Quiero aprovechar para hacer un llamado a la tranquilidad, al diálogo, a la paz, al respeto a la justicia, al respeto y acatamiento de las leyes; a que nadie se vuelva loco».
«Que la derecha (la oposición) no vuelva a los tiempos de locura», agregó en su mensaje desde Azerbaiyán, donde realizó la primera escala de una gira por varios países productores de petróleo para promover un consenso a favor de la estabilización del mercado y la recuperación de los precios.
La víspera, el Consejo Nacional Electoral (CNE) —que es controlado por el oficialismo— informó que suspendía la recolección de las firmas necesarias para activar el referendo, bajo el argumento de que acataba órdenes de tribunales penales que detectaron un fraude en una colecta previa.
La recolección de firmas había sido aprobada por el mismo organismo el 26, 27 y 28 de octubre. Sin embargo, el proceso se suspendió, lo que desató el enojo de la oposición y avivó los temores sobre un posible escalamiento de la crisis política y social que vive Venezuela, un país que también enfrenta dificultades económicas, como escasez de alimentos y una creciente inflación.
La oposición asumió en enero el control del Congreso que por 17 años fue manejado por el oficialismo, pero desde entonces su capacidad de maniobra ha sido bloqueada por el poder judicial.
Muchos venezolanos se preparaban para acudir a firmar la próxima semana con la esperanza de revocar al mandatario socialista, cuya impopularidad va en aumento. Para activar el referendo, los adversarios necesitaban recolectar y validar cerca de 4 millones de firmas, el equivalente del 20% del padrón electoral.
La convocatoria de la consulta ya era una carrera contrarreloj que no admitía más retrasos. El 10 de enero de 2017 se cumple más de la mitad del periodo presidencial de seis años de Maduro, y la constitución establece que en caso de que se logre apartarlo del cargo pasada esa fecha, el vicepresidente se haría cargo del gobierno en lugar de celebrarse elecciones anticipadas.
El oficialismo había sostenido repetidamente que el referendo no podría darse en 2016 ni en 2017, bajo el argumento de que la oposición cometió fraude en una primera recolección de firmas y que los tribunales debían dar respuesta a las demandas que se hicieron por esas supuestas irregularidades.
Lo peligroso
Medios internacionales, y políticos junto con el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, han hecho un llamado a que la comunidad internacional responda ante la violación del Estado de Derecho por parte del Gobierno Venezolano contra sus ciudadanos.
Organizaciones de derechos humanos, así como la Iglesia Católica Venezolana y los gremios empresariales, han advertido que en Venezuela puede estallar una crisis de violencia mucho peor que las protestas estudiantiles del 2014, ya que esta vez no solo las universidades o centros de estudiantes son las que confrontarían a Maduro, sino que se unirían los sectores populares y sociedad en general, ya que en más de un 70% de la población reclaman la salida del Gobernante.
Estados unidos por su parte a través del Departamento de Estado, condenó que «los venezolanos fueran despojados de sus libertades constitucionales», pero ya muchos analistas han acusado al presidente Barack Obama de ser complaciente con la situación en Venezuela, por la búsqueda de sus acercamientos con Cuba.
La tensión política subirá en el país durante las próximas horas, mientras los venezolanos piden que se soluciones sus problemas de escasez e inseguridad.