La oposición venezolana convoca a la calle contra Maduro
La oposición ha convocado a una gran marcha el uno de septiembre (Foto Flickr)
Por Frank López Ballesteros
Ojo Global Noticias
La esperanza de la oposición venezolana de celebrar un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, se vio amenazada con el cronograma para activar la propuesta presentado por el ente electoral del país, un plan que el Gobierno orquestaba y con el que busca lavar su imagen, acción que sus detractores contestarán tomando las calles.
Desde que la Asamblea Nacional cayó bajo control de la oposición, en enero de este año, sus líderes impulsaron la propuesta del referendo revocatorio, como contempla la Constitución, pero el oficialismo, que controla los poderes judicial y electoral, se afincaron en crear trabas para retardar y sino impedir la consulta.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, anunció el martes que de cumplirse todos los requisitos, hacia finales de octubre la oposición podría recolectar las nuevas firmas, lo cual abriría un proceso de casi un mes para validarlas y luego comenzaría un plazo de 90 días dentro del cual podría celebrarse el referendo.
De cumplirse el límite máximo de 90 días continuos, la consulta podría celebrarse hacia enero o febrero de 2017 enterrando la posibilidad de una nueva elección presidencial. Esto obligaría a que los últimos dos años del actual período presidencial sean completados por el vicepresidente que tenga Maduro para entonces, como contempla la Constitución.
La comunidad internacional, incluyendo viejos aliados de Venezuela en la región, presionaban a Maduro para que el CNE, el órgano electoral, cumpliera con el requisito de activar el referendo tras serias demoras para responder a las solicitudes formales que la oposición presentó.
La presidenta del CNE, Tibisay Lucena (Foto/AP)
En una primera etapa los líderes opositores consiguieron el 1% de las firmas de los electores, y ahora debe recolectar el equivalente a cuatro millones de votantes, o 20% del padrón electoral para avanzar en la activación del referendo. Tras activarse el proceso deben lograrse más de 7,5 millones de votos contra Maduro, aunque si resulta mayor el número de papeletas a favor de que continúe, deberá terminar su período.
La encrucijada
Cumplido el formalismo de establecer un cronograma, tal como exigían las partes, el Gobierno busca mostrar transparencia y legitimidad en las decisiones de los poderes que están bajo su control, con lo que no solo ganaría tiempo sino retardaría una eventual salida de Maduro del Palacio de Miraflores.
“En un acto burdamente orquestado, la presidenta del CNE trató de cumplir un doble propósito: desviar la atención de la oposición del objetivo en la recolección del 20% de las firmas para el revocatorio… y ofrecer la imagen a la comunidad internacional que el proceso revocatorio se desarrolla dentro del marco legal”, explicaba Humberto González, analista político venezolano y columnista del diario El Nacional de Caracas.
“Evidentemente el objetivo es detallar y desmovilizar a la oposición”, apuntó González en su blog, quien cree que el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) quiere dividir a la oposición para reagruparse en las calle y en una eventual consulta salir a votar para que Maduro retenga el poder.
Precisamente el dirigente opositor Henrique Capriles, excontrincante de Maduro en las pasadas presidenciales de 2013, acusó al CNE de hacer un “ejercicio de cinismo y mentiras» para tratar de generar «desaliento, desesperanza» entre los opositores, y sostuvo que «no hay ninguna razón legal ni técnica» que impida que se realice este año el referendo, citaba AP.
El presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup, insistió en que la consulta es viable para 2016 y advirtió que la presión vendrá ahora de las calles hasta conseguir que antes de que finalice el año los venezolanos acudan a votar.
Para el primero de septiembre la oposición ha convocado una gran movilización en Caracas para presionar al CNE con la idea de que anuncie la fecha de la recolección del 20% de las firmas e indique las condiciones del proceso.
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“Mientras no haya una decisión firme el Revocatorio aún es posible en 2016 y dependerá de la presión de la calle”, explicaba González.
Para González el chavismo a través del CNE “trata de desmotivar y hasta dividir a la oposición entre quienes quieren el revocatorio en 2016 y quienes están dispuestos a hacerlo inclusive en el 2017”.
El Gobierno ha insistido en la figura de la mediación y el diálogo para frenar la crisis que atraviesa el país, con un alto grado de escasez de alimentos e inseguridad, a lo que sectores de la oposición no se niegan, siempre y cuando el referendo se celebre este 2016.
Con los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), ambos sectores intercambiaron posiciones sobre como salir de la crisis, pero hasta ahora la resolución de la misma se supedita a la celebración de la consulta, según los detractores del gobierno.
Con el reloj corriendo a gran velocidad, oposición y gobierno tratan de ganar tiempo en sus respectivos terrenos. La crisis por un lado se agudiza cada día y hay un grueso del país que cree que su solución está en la salida de Maduro.
El chavismo hace lo imposible por atornillar a su líder, cada vez más golpeado en las encuestas, y apunta a que la calle o «el pueblo» quiere a Maduro sentado en Miraflores por lo que será la presión popular la única que realmente diga si en Venezuela para antes de terminar 2016 el «heredero» de Hugo Chávez siga al frente.