La multa de Camila Canabal
Por Francisco de Lorca
La bella animadora de TV, Camila Canabal causó polémica en la redes sociales al divulgar un video, en el cual se quejaba del sistema americano en el marco de sus leyes de tránsito, debido a una multa que le colocaron por estacionar su vehículo de manera errónea. Más allá del revuelo y la cantidad de comentarios buenos y malos que desató la publicación, es propio hacer un análisis a profundidad de lo expresado por la venezolana en su “juego de palabras”.
En principio, debo decir que no conozco ni he hablado con Camila Canabal, solo la vi muchas veces por TV cuando trabajaba en RCTV (televisora cerrada por el fallecido presidente Hugo Chávez), pero me identifico con ella ya que venimos a Estados Unidos “exiliados” de nuestro país, Venezuela.
Camila al igual que yo pertenecemos a la generación adolescente de los 90, es decir, nosotros vimos como a pesar de las crisis económicas ocurridas bajo el gobierno del expresidente Rafael Caldera, en Venezuela se podía prosperar de manera propia, los medios radioeléctricos lograron expandirse en cada región del territorio. No se podía negar que existía una clara diferencia entre ricos y pobres, pero lo que sí es un hecho es que los venezolanos durante ese tiempo jamás sufrieron la escasez de bienes básicos (comida, higiene agua etc) , la delincuencia sin control, y, sobre todo, la persecución política por pensar diferente a un gobierno de turno.
Camila vio como se la abrieron las puertas cuando pudo mudarse de Barquisimeto, capital del Estado Lara, a la ciudad de Caracas. Allí formaría su familia, trabajaría como imagen de televisión y campañas publicitarias y establecería sus raíces; así que al igual que muchos de los que estamos en otro país, lo menos que ella quería era irse de su tierra (que me corrija si me equivoco).
La señora Canabal pudo ver como en Venezuela durante esos años hubo una expansión inmobiliaria para la clase media baja con la creación de las ciudades dormitorio (yo viví en una de ellas gracias a mi madre que era una simple secretaria y pudo lograr un apartamento), también ella vio o se enteró de los grandes conciertos que se hacían en Caracas en la base militar La Carlota o el Poliedro, donde las mejores bandas latinoamericanas (Los Pericos, Soda Stereo, Aterciopelados, Maná, etc), se presentaban ya que Venezuela era un sitio seguro, digno de visitarse para su disfrute y atractivo para el turismo, la única discriminación era el valor de las entradas y la posición donde sentarse a ver el show, la mayoría de la juventud venezolana de aquella época podía asistir a estos eventos sin problema.
Camila también disfrutó de la funciones de madrugada en los cines caraqueños, ella podía viajar por carretera de noche o de día para visitar a sus familiares y mirar los atardeceres más bellos en su ciudad natal.
No éramos iguales, pero en todo país como Estados Unidos, Japón o Venezuela, siempre hay alguien que tiene más suerte que otro, o logra más cosas con su trabajo y esfuerzo; pero la realidad es que para esos años era muy raro escuchar a un venezolano decir “me quiero ir de Venezuela”, de hecho jamás fuimos conocidos ciudadanos emigrantes.
Camila vio cómo en Venezuela a pesar de que tenía por ley 48 días no laborables, las personas veían el fruto de su trabajo, quizás la bella animadora no vivió con lujos, pero si tranquila en su patria dónde su nombre se volvería conocido por ser una persona carismática.
Todo cambió en 1998, y empeoró a partir de 2007, cuándo en la tierra de las «mujeres más bellas» comenzó la debacle económica socialista, las personas empezaron a salir de la «tierra de Bolívar» ya que la revolución dejó al país sin futuro y solo se volvió un caldo de corrupción y represión. La inseguridad condujo a la venezolanos a convertirse en exiliados por miedo a perder sus vidas por un carro, moto o un simple celular. El odio se apoderó de muchos con la división política y los demonios criminales de todas las índoles se desataron.
Estados Unidos nos ha recibido muy bien, ¿pero que es lo que sentimos los venezolanos al estar en otro país cuándo recordamos a nuestra Venezuela de los 90? Nos quejábamos de que las cosas debían mejorar, pero la realidad es que el sistema era más simple para prosperar a diferencia de otras naciones, que en algunos casos usted tiene que pagar hasta por respirar, así que por más trillada que esté la frase, hay que repetirla “éramos felices pero no lo sabíamos”.
Ahora hay que preguntarse quién en realidad le puso la multa a Camila Canabal ¿la policía o quienes la obligaron con sus políticas a salir de su país por la seguridad de su familia?
Para ella al igual que muchos de nosotros ha sido difícil adaptarnos a un nuevo lugar. En el video más que el “ticket” su intención fue reflejar lo duro del sistema a modo de broma o reclamo. La animadora se disculpó públicamente por la frase “Esclavos Unidos”, además ella no es conocida por ser una infractora de leyes en Venezuela y menos en otros países, para que en las redes se le juzgara de una manera tan dura. “Susto y tensión que nos produce a los inmigrantes adaptarnos al cambio de un nuevo sistema. Me equivoqué con las palabras usadas en broma que generaron toda esta controversia y no pretendo justificarlas” expresó en su Instagram @camilacanabal.
Si elegimos a Estados Unidos para vivir, hay que asumir las consecuencias de que nos abrió las puertas con todo lo que lleva, pero siempre en mi cabeza la culpa la tendrán aquellos que destruyeron mi nación y me obligaron a buscar forzadamente un mejor futuro para mi familia lejos de mi patria.
Así que supongo que algún día, al igual que Camila ,me quejaré en mis redes sociales por alguna cosa que me ocurra por no conocer bien el sistema, o es que acaso ¿todos estamos conformes de que nos coloquen un ticket? ¡Quién esté libre de pecado que pague la primera multa con una sonrisa!
El verdadero ticket lo colocó la revolución bolivariana, la Venezuela que fue en los 90 y de donde viene Camila Canabal desapareció gracias a una mala elección de los venezolanos, nunca avanzó hacia el futuro, quizás algún día ella pueda volver a su tierra natal, al igual que muchos de nosotros que ya no queremos tener la multa de estar lejos de nuestra patria y seguir separados de nuestras familias.