La entrega musical de Kristhyan Benítez
Por Clara Martínez Turco
En cada uno de sus conciertos, el objetivo del pianista venezolano Kristhyan Benítez es “hacer que la gente se conecte con la música y sienta algo, no importa si es bueno o malo”.
Con tan sólo 32 años, Benítez es considerado, en palabras del fundador del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, el maestro José Antonio Abreu, “uno de los más brillantes líderes del rico proceso musical venezolano y del Continente”.
Su talento no conoce fronteras. Se ha presentado con las orquestas sinfónicas de Berlín, San Francisco, La Habana, Miami y Palm Beach, y ha estado bajo la batuta de Claudio Abbado, Gustavo Dudamel, Eduardo Marturet y Alfredo Rugeles, entre otros. Este año fue parte del jurado del VIII Concurso Nacional de Piano Angélica Morales en México. También es el músico invitado del IV Taller de Piano de Panamá, organizado por Asociación de Pianistas de Panamá con el patrocinio de Yamaha y Banesco.
Divide su tiempo entre Estados Unidos y México, donde actualmente se encuentra grabando un disco de música fusionada venezolana. “Hay que inyectar la cultura venezolana y levantarle el alma a las personas”, dice Benítez, explicando que es una forma de contribuir con el país que lo vio nacer.
Universidad Autónoma de Nueva León, Mexico
Una pasión de 28 años
Benítez tenía cuatro años cuando, por primera vez, posó sus manos sobre el teclado de un piano. Su mamá lo había llevado a la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto Lopez en Caracas para que aprendiera a tocar guitarra, pero sus ojos se fijaron en un piano de media cola. “Estaba en un salón lleno de instrumentos musicales y me impactó su tamaño, así que pregunté si podía tocarlo”.
Tras tres meses de clases con Olga López, pianista y directora de la escuela, se ganó un premio que lo llevó a presentarse en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño. Se trataba de un concierto en homenaje al maestro Abreu. “Lo que más recuerdo es la preocupación de mi mamá por cómo me tenía que vestir. Me alquiló un esmoquin y zapatos de charol, con los que no sabía caminar. Lo recuerdo como un juego”.
Su breve interpretación llamó la atención no sólo del público sino del mismo Abreu, quien seguiría de cerca su carrera musical. A los ocho años daría su primer concierto con una orquesta. Seguirían numerosos concursos y recitales. Pero la obra que quizás tuvo mayor impacto fue el Concierto para Piano y Orquesta en La menor de Edvard Grieg. “Tenía sólo doce años cuando Olga me asignó ese concierto y, aunque para ese momento me parecía muy difícil, se ha convertido en mi eterno compañero”. De hecho, fue la obra que el director español Jesús Medina le pidió que tocara el pasado 30 de junio junto a la Orquesta Sinfonica de la Universidad de Nuevo León en Monterey, México.
Entre mentores y enseñanzas
Benitez siempre agradece el apoyo incondicional de sus padres quienes, desde pequeño, lo han motivado a seguir su pasión musical. Nunca lo obligaron, incluso a los 17 años cuando tuvo que elegir entre dar el examen de admisión a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela o ir a tocar con la Sinfónica de Berlín. “Mis papás me dijeron que era mi decisión, y al final elegí ir a Berlín. Recuerdo que al llegar bajé al metro y vi un cartelón de mi concierto, tenía un letrero rojo que decía Sold Out. Estaba impresionado porque, aunque la gente no sabía quien era, querían ir a mi concierto”. Fue precisamente éste el concierto donde el pianista caraqueño entendió cuál era el camino que debía seguir. “Cuando el público se paró a aplaudirme, me dije que esto era lo que iba a hacer el resto de mi vida y, pues aquí sigo”.
El pianista caraqueño describe a Olga López como mentora y su segunda madre. “Ella me enseñó a creer en la música como algo sagrado y que merece respeto. También me inculcó el que hay que nutrirse de todo, lo que te gusta y no te gusta. Sin ello no hubiera podido desarrollar mi propia voz”.
También agradece las enseñanzas de Philippe Entremont y Nelson Delle-Vigne, sus mentores durante los años formativos en la Ecole Normale de Musique de París donde hizo su maestría tras haber obtenido su licenciatura en ejecución pianística del Oberlin Conservatory of Music en Ohio y el Manhattan School of Music en Nueva York. “En Estados Unidos me había enfocado en mejorar la técnica, pero me había desconectando de lo que era la música y mi voz. Con Philippe y Nelson volví a renacer porque me recordaron que no podía desconectarme de mi imaginación, que es parte fundamental de quien soy”.
Cuando regresó a EEUU, donde obtuvo un doctorado en artes musicales del Conservatorio de Boston, el maestro y pianista Michael Lewin le mostró que la técnica y la imaginación podían convivir pues ambas formaban parte de su extenso bagaje musical y profesional.
Foto en la Universidad Autónoma de Nueva León, Mexico
Proyectos futuros
Paralelamente a estar grabando su segundo disco, Benítez se está preparando para un recital de dos pianos que realizará en Octubre en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene varios compromisos en Estados Unidos, Venezuela y China, donde a mediados de 2017 realizará una gira en nueve ciudades.
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Trabajo escrito para Ojo Global Noticias por la periodista Italo-Venezolana Clara Martínez Turco