¿Es Henri Falcón un doble agente?
Por: Mario Quiroz.
Existen muchos males que han estado presente en la vida política venezolana, defectos de los líderes que hacen que la carrera de servir pase a ser deformaciones a conveniencia unilateral de un ser humano en función de su nombre y no de su pueblo, el oportunismo, la viveza, la corrupción, la soberbia y sobre todo las traiciones y la sordera han sido parte de nuestra historia de gobiernos militaristas (más caudillos que estadistas) y civiles. El caso de los “candiduritis” es decir candidatos inocentes que se trazan en sus cabezas que pueden ganar sin votos, sin partidos, ni popularidad, lo observo desde 1998 cómo un mal de personas mayores caprichosas que caen en la demagogia al prometer utopias imposibles y buscar ser un «superman» o mesías salvador.
Hugo Chávez surgió cómo un “outsider” ante el cansancio de los venezolanos que reclamaban cambios sobre el dominio bipartidista de Acción Democrática y Copei, quienes no supieron responder ante la coyuntura que se presentaba en aquel entonces, los blancos lanzaron a Luis Alfaro Ucero, un señor mayor de viejo nombre político y los socialcristianos a una exalcaldesa y exreina de belleza de nombre Irene Sáez.Ambos quedaron fuera del juego cuando sus partidos decidieron apoyar a Henrique Salas Romer, un gobernador popular por su buena gestión en el estado Carabobo y quién era el único que podía hacer frente a Hugo Chávez y su constituyente.
Chávez aprovechó el momento político para trazar su proyecto escondido totalitario y ganar las elecciones limpiamente, todos sabemos que esa equivocación del pueblo, por no decir “suicidio colectivo”, llevo a la destrucción de Venezuela y después de la muerte del “Golpista Presidente”, la herencia que dejo cómo bien vaticinó Carlos Andrés Pérez en aquella entrevista con Marcel Granier en 1998, fue mucho peor con una clase gobernante que es una especie de mafia criminal resentida, que tiene secuestrado a un país que no le importa que pase con sus ciudadanos, si mueren por falta de medicinas, pasan hambre o son asesinados en las calles por la delincuencia, lo más triste es que no se ve salida en el horizonte.
Después de 18 años nos enfrentamos a otras elecciones, en las cuales ya sabemos mucho antes de que se den lugar, quién será el ganador, el próximo 20 de Mayo no habrá otro resultado que la victoria del quizás el peor dictador que ha estado presente en un país de Latinoamérica desde Los Castro en Cuba, Nicolas Maduro será reelegido no con votos, sino con los sufragios que el Consejo Nacional Electoral le fabrique a su medida.
Varios falsos profetas de oficio han salido a tratar de enfrentarle, ni siquiera me voy tomar la molestia de nombrarlos, es una falta de respeto tomarlos en cuenta ante la payasada de pensar que por un milagro mandado desde el cielo, el pueblo los elegirá y los resultados serán respetados por un ente que está claramente al servicio de una dictadura.
Pero si me voy a detener en el candidato Henri Falcón, cuya aspiración a la primera magistratura ha generado indignación en los pocos sectores nacionales que aun hacen vida en la destruída Venezuela, para cualquier venezolano con razonamiento mediano le cuesta entender, cómo un buen alcalde, gobernador y quizás un político con futuro, se lance al matadero y se separe de la alianza que lo respaldo durante los últimos 8 años (Mesa de la Unidad Democrática), por una aspiración personal, arrogante y hasta traicionera que no es más que la creencia que puede ser el “outsider” del 2018.
Primero vamos a asumir que Falcón no se haya vendido en un convenio por debajo de la mesa al Gobierno de Maduro para lavarle la cara, pero si me lee en este artículo debo decirle que sus aspiraciones son meras ilusiones de papel que se queman en una fogata de desprecio de la opinión pública conforme pasan los días y será derrotado no porque le vayan hacer fraude cantado, sino por una razón más de peso: su realidad electoral.
Falcón se ha apoyado en varias encuestas que sus resultados indican que casi 60% de los venezolanos desean votar, pero como decía la psicóloga y analista Colette Capriles en un twitter @cocap, “una cosa es la intención de voto y otra es el voto efectivo”, es decir el exgobernador asume que esa tendencia que está presente el país, es en su mayoría para el candidato que enfrente a Maduro, el “cualquiera que sea” no funciona para el electorado venezolano, esto es una ingenuidad e ignorancia hacia la conducta del pueblo, ya que algo que se ha demostrado es que si al ciudadano no le gusta la opción que está presente en el tarjetón simplemente no vota y punto.
En ese sentido si hablamos de números, las encuestas no favorecen a Falcón en las preferencias, de hecho Intercorp, Datanalisis, y Delphos, encuestadoras de renombre en Venezuela, el candidato «opositor según él», aparecía por debajo de Claudio Fermín, un exalcalde de Caracas de la 4ta República y quién se ha lanzado 2 veces a la presidencia sin éxito, la razones de que Falcón no goce de simpatía son varias pero no complejas, su pasado como chavista, su discurso ambiguo y hasta demasiado decorado al hablar con la población y su tolerancia hacia régimen al no culparlo de los problemas en su totalidad, lo hacen una persona criticada y hasta generador de desconfianza, de hecho siempre en reuniones secretas o públicas entre el Gobierno y la oposición, desde el 2014 varios periodistas y dirigentes, han dicho que el exgobernador llegaba sin invitación, se presentaba así no más a cada encuentro e intervenía, no hay que ser suspicaz para entender que buscaba un espacio para figurar en la opinión pública.
Falcón sabe por experiencia propia que las encuestadoras retratan intenciones de un momento especifico, no del día de la elección, sólo sirven para hacer una proyección, en el estado Lara su victoria estaba cantada en todos los estudios de opinión, pero la candidata oficial, Carmen Meléndez le dio una paliza en la urnas por el ventajismo, la campaña con dinero del Estado, el chantaje con las bolsas de comida y la pérdida del voto duro opositor ante el fracaso de la dirigencia democrática en enfrentar al Gobierno.
Falcón culpó a la abstención de su derrota, lo cual es falso, ante de emitir ese juicio, el exgobernador debió revisar cómo fue su actuación en las protestas de 2017, Barquisimeto fue reprimido sin piedad por los militares en zonas residenciales, jóvenes fueron asesinados, el alcalde del municipio Iribarren, Alfredo Ramos fue detenido y ahora es un preso político más del régimen de Maduro.
Por otra parte Falcón antes de tratar de ganar su reelección, debió revisar cual era la confianza del votante hacia el proceso electoral, estaba la sombra de la Asamblea Nacional Constituyente, la cual fue electa por un fraude demostrado de más de 5 millones votos. Ante estos antecedentes ¿cómo le puedes exigir a tu militancia que salga a votar por ti a pesar de tus incongruencias cómo líder?
Henri Falcón se lanza con apoyo de su partido, Avanzada Progresista y otras organizaciones cómo el MAS y Copei, que si vemos sus números en las últimas votaciones no llegan al 0,5% de preferencia. Hay que ver la realidad del país, y del electorado que en su mayoría quiere salir de Maduro, pero para eso necesitas una unión “político-sociedad civil” que se movilice para enfrentar al Estado, que en la actualidad es un grupo poderoso bien tramposo criminal, sin moral y quien es capaz de negarle comida y medicinas a quien se le revele o se atreva a votar en su contra.
El candidato opositor «necesita» la maquinaria de Acción Democrática, tolda que aún cuenta con respaldo casi a nivel nacional para llegar a los estados dónde hay poblaciones que no aparecen ni siquiera en el mapa. «Necesita» el liderazgo regional de Primero Justicia, el cual es un gran movilizador y quienes junto al partido Un Nuevo Tiempo, pueden dar la mayor cantidad de votantes en los Estados Miranda, Carabobo, Táchira, Mérida y Zulia. También «necesita» la juventud de las universidades y la militancia del partido de Leopoldo López, Voluntad Popular que es un símbolo de la resistencia contra el régimen. «Necesita» el pronunciamiento de la iglesia a su favor en boca de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), una organización creíble en su discurso contra Maduro y por último «necesita» el respaldo de los sindicatos y empresarios que ninguno de estos, hasta la fecha se han puesto del lado de Falcón, cómo se puede ver son muchos “necesita” y ninguno de esos lo tiene.
Con la separación de la MUD, las posibilidades Falcón son escasas o casi nulas, y los radicales que podrían ayudarlo como María Corina Machado no se prestarán a la farsa electoral que trata de imponer el Gobierno, de hecho se quiera aceptar o no, la opinión de la representante del partido Vente Venezuela es importante es está coyuntura, aunque sea difícil de creer Machado es más “outsider” que el mismo exgobernador, hace poco el Miami Herald divulgó una encuesta en la cual la opositora «radical» estaba por detrás del empresario Lorenzo Mendoza en intención de voto, muy por encima de Maduro y más aún del abanderado de Avanzada Progresista.
Falcón tuvo el “curadurismo” de decir que las condiciones electorales para las elecciones del 20 de Mayo, son mucho mejores que las del pasado Diciembre de 2015, en las cuales la oposición venció al chavismo y logró la mayoría en la Asamblea Nacional, es insólito que declare esto y más después de ver todas las irregularidades que han ocurrido en las ultimas votaciones, como el movimiento forzado de electores a sitios de votación que ni siquiera pueden llegar por las dificultades de las vías o porque ni siquiera saben dónde quedan asignados, el ventajismo en medios de comunicación nacionales por parte del régimen es hasta pornográfico con la negación de la realidad de calle, el chantaje de las bolsas de comida y la manipulación en la sala de conteo por parte de Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), hace que las palabras del exgobernador suenen a una locura calculada suicida, que trata de engañar a la población para beneficiar su nombre. Para el «chavismo-madurismo» las elecciones se la han vuelto un problema y si no las controla no las hace, la tesis que «voto masivo mata fraude» es poco efectiva ante la realidad del terrible Gobierno de Nicolás Maduro, quién sabe mejor que nadie que no ganaría ni una junta de condominio en condiciones algo aceptables y está dispuesto a hacer cualquier cosa para no perder el poder.
Falcón no necesita pruebas sobre si el Gobierno es capaz de hacer fraude o no, las tiene en el estado Bolívar, con actas en mano, Andrés Velasquez resultó el vencedor para las elecciones de gobernadores en el último trimestre de 2017, el abanderado del partido La Causa R, entregó todos los elementos que demostraban su victoria en la entidad al CNE, pero este órgano a la fecha de hoy ni se ha molestado en revisar las irregularidades denunciadas y en su defecto convocar un nuevo proceso de elección en la entidad. Parece que para el exgobernador larense esto fue normal, ya que en su propio estado ocurrieron hechos curiosos cómo por ejemplo, la reubicación de votantes a centros electorales afectos al oficialismo, situación que después de su derrota no quiso denunciar, ¿Acaso el conviene este poder electoral en manos de Tibisay Lucena para sus objetivos?
Otro problema que enfrenta Falcón es el éxodo masivo de venezolanos al exterior, según números de varias organizaciones no gubernamentales como Provea y Venezolanos en el Exterior, el porcentaje de la «diáspora venezolana» ronda ya alrededor de 5 millones de ciudadanos, ese número es lapidario para cualquier candidato que este dispuesto a competir en contra de Maduro, es obvio que esa emigración masiva eran votantes potenciales en contra del «presidente-dictador», Eugenio Martínez, periodista especializado en asuntos electorales había escrito en su twitter @pukas, que era de «vida o muerte» para las aspiraciones opositoras, la apertura del Registro Electoral en los consulados, cosa que Tibisay Lucena por supuesto no estará dispuesta hacer y de hacerlo será bajo condiciones extremas, quizás hasta pidan «pruebas de orina legales en el país dónde reside el votante en el exterior» para dejarlos inscribirse o cambiar de dirección en el REP.
Otros tres dramas tendrá que enfrentar Falcón, uno es que la Comunidad Internacional le pasará factura por jugarle a la dictadura su juego electoral, el segundo que bajo el supuesto negado de que gane, ¿cómo un presidente elegido en Mayo podrá esperar hasta Enero de 2019 para tomar el poder? y además ¿cómo rescatará a Venezuela si su Gobierno no será reconocido ni por la Asamblea Nacional ni por los organismos internacionales para un financiamiento?
Palabras más, palabras menos, era evidente que Nicolás Maduro necesitaba un candidato de peso para las elecciones, sean el 22 de Abril o 20 de Mayo, el fraude es el mismo, ahora si Falcón de verdad quiere sinceramente ayudar a salir de la «Apocalipsis chavista» a los venezolanos, ¿por qué no exigió a cambio de ser el candidato opositor, mejores condiciones electorales y la apertura del canal humanitario ante el genocidio en cámara lenta que práctica el Gobierno socialista?
Si sacamos conclusiones cualquier cosa puede pasar en los meses entre Mayo 2018 y Enero 2019, y más con una Asamblea Nacional Constituyente que hace todo menos una nueva constitución, pero si es buena para empuñar el arma de la inhabilitación y la represión.
Tuve la oportunidad de ver la película “Las horas más oscuras” excelente y recomendable, sobre todo por la interpretación magistral de Gary Oldman cómo Wiston Churchill, estoy seguro que se llevara el Oscar al fin con esta actuación, pero la escena clave es cuando el primer ministro de Inglaterra por presiones de su partido y a la vista de una derrota contra la Alemania Nazi de Hitler, estaba a punto de negociar la rendición y la paz con los agresores. Churcill tomó la decisión de acercarse al pueblo en pleno metro de Londres y preguntarle que era lo que querían los ciudadanos, la respuesta fue resistir, defender al país y unirse en un frente común, ciudadanos, monarquía y políticos.
Traigo esta escena de esta película, porque el mejor concejo que le puedo dar a Henri Falcón es que se vaya a las calles, no un mitin político, no a ofrecer sueños imposibles, sino preguntarle a la gente que quiere, creo que la respuesta no le agradará mucho, pero si quieres liderar debes unir a todos los sectores y debo decir a “todos”, en contrasentido el aspirante exchavista lo que ha logrado es que su candidatura haya generado un exarcebado malestar en la vida nacional.
De insistir en esta postura oportunista sin oportunidad, de divisionista sin partidos y sordo ante los gritos de «unidad», entonces no será más que un doble agente, un Arias Cardenas sin gallina, que solo piensa en su futuro, no es muy diferente entonces a un funcionario del régimen, solo es un político que cuando ve los “procesos creíbles a su favor” no le importa jugar para el diablo, quizás lo veamos a lado de Maduro en un Gobierno de Unidad Nacional, dictando políticas para seguir en lo mismo, bajo la peste militar o de ex militares quienes han llevado al país a la peor oscuridad desde la Guerra Federal del siglo XIX
Es imposible que Henri Falcón gane la elección en las condiciones actuales, la pregunta del millón de dólares es ¿qué es lo que busca? !Porque salvador de Venezuela no será! En 1998 Chávez mintió de una manera hasta morbosa con sus promesas de un «gobierno humanista», esperemos que Falcón no tenga una agenda oculta que terminé de hundir más al país en su desgracia, ante las sanciones que se avecinan en respuesta al «fraude cantado» como puede ser «el embargo petrolero», su participación parece una conveniencia negociada más que una batalla para salvar el país, evidencias están a la vista cómo el caso de Venezolana de Televisión, canal propaganda de la dictadura, que ahora le ha dado en un gesto de «falacia democrática» transmitir cada una de las intervenciones y discursos del «candidato conveniente», pero ¿a qué precio se debe esto y quién se beneficia por la venta del alma de un buen dirigente?
Falcón quería ser el candidato del «consenso», pero el «consenso» de la oposición, iglesia, Comunidad Internacional, sindicatos, universidades y empresarios, fue el no asistir al fraude de Maduro, pero igual el exgobernador se lanzó a la carrera por una razón y el tiempo dirá cual es el fin de colaborar con este sistema que tanto dolor y sufrimiento ha traído a los venezolanos, este escritor lo más que quisiera es equivocarse y que el señor Henri Falcón salve a Venezuela, pero bajo estos síntomas lo dudo, sólo puedo concluir que siempre fue un doble agente al servicio de sí mismo, pero al final la historia lo juzgará.