El delirio nuclear de Corea del Norte

 

A simple vista, el régimen norcoreanos quiere llamar la atención de la comunidad internacional, y como en el pasado con otros países, al calor de la Guerra Fría, lograr que el mundo acepte y reconozca sus capacidades nucleares

 

Frank López Ballesteros

 

Ojo Global Noticias

 

El ensayo de este viernes con el que Corea del Norte  probó su capacidad de construir un potente arsenal atómico, no hace más que reforzar la tesis de que las sanciones y actual política de aislamiento hacia el régimen comunista no funcionan y es necesario redefinirla para lograr la desnuclearización.

 

Para los norcoreanos la bomba atómica es una deidad a la que se rinde culto junto a los líderes que conducen el régimen, una garantía de salvaguarda de su dignidad y derecho a existencia. Los Kim, una especie de semidioses para su pueblo, cultivaron el orgullo nacional sobre la base de la defensa de la soberanía en el poder militar. Para el país más aislado del mundo, lo ocurrido el viernes es motivo de gloria.

 

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Un funcionario señala el epicentro de ondas sísmicas, en Corea del Norte (AP)

 

Como quiera verse, Pyongyang ha buscado la aceptación internacional como una potencia militar desde hace 25 años. Sino, al menos, como una nación con arsenal atómico capaz de defenderse sin importar la estabilidad de Asia. Esto la convierte de facto en una amenaza a la seguridad internacional.

 

Amenaza cumplida
Este quinto ensayo nuclear de Corea del Norte, y el segundo en los últimos ocho meses, fue el punto final de la retórica y amenaza que el régimen de Kim Jong-Un venía profiriendo hacia Corea del Sur y Estados Unidos semanas atrás a raíz de los ensayos militares que ambos países ejecutan cada año para intimidar al régimen comunista.

 

Como siempre, los técnicos y expertos militares elevan su preocupación ante la posibilidad de que el régimen pueda estar un paso más cerca de lograr un misil nuclear con el que podría alcanzar a EEUU o Japón.

 

“Hay mucha controversia sobre si los misiles de Corea del Norte pueden llegar a territorio estadounidense, pero lo cierto es que cada vez más se puede creer que el país tiene la capacidad de crear ojivas nucleares miniaturizadas», le dijo por su parte el analista surcoreano de asuntos militares Kim Jin-moo al Financial Timesen marzo, cuando Kim Jong-Un hizo el anuncio, resaltaba la BBC.

 

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Los norcoreanos se retiraron del Tratado de No Proliferación (TNP) en 2003, probablemente porque en ese entonces no poseían armas nucleares desarrolladas o estaban en vías de esta, lo que logran en 2006 cuando realizaron su primer ensayo. A partir de entonces las sanciones internacionales se redoblaron y la presión diplomático fue el caballo de batalla. ¿El resulto? Lo ocurrido el viernes evidencia que el efecto deseado no se alcanzó.

 

Historia de poder
Hasta 1945 Corea era una colonia de Japón. Tras la rendición del viejo imperio ese año los Aliados de la Segunda Guerra Mundial dividieron la península coreana por el paralelo 38, quedando en el Norte las tropas soviéticas y en el Sur las estadounidenses.

 

Corea del Sur y Corea del Norte libraron una guerra de tres años que se frenó con la firma de un armisticio en 1953, por lo que técnicamente estas dos naciones hermanas aún están en conflicto. Esta situación es la que siempre ha hecho temer a Seúl de que su vecino arremeta en cualquier momento, si sus reiteradas amenazas se cumplen.

 

“Es obvio que el problema nuclear de Corea del Norte no puede resolverse de manera aislada. Lo que se requiere es hacer frente a los problemas subyacentes de los derechos fundamentales de seguridad, económicos y humanos. La realidad ineludible es que el país mantendrá sus armas nucleares como garante de su seguridad”, explicaba Tariq Rauf, director de Desarme y Control de Armas del Programa de No Proliferación del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri).

 

Nueva realidad

Es hora de entender, a juicio del experto, que una mayor presión económica y la coacción, las recompensas económicas o amenazas militares no tendrán éxito en convencer a Corea del Norte de abandonar su programa de armas nucleares. A diferencia de los iraníes, la república islámica estaba desarrollando energía atómica asomándose a la capacidad de elaborar armas nucleares; Pyongyang las tiene, las ha probado y está dispuesta a llegar a más.

 

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“Las sanciones internacionales no han tenido éxito contra Corea del Norte, al igual que han fracasado en los casos de India, Irán, Irak, Libia y Pakistán. La forma práctica a seguir debe ser la negociación directa entre Corea del Norte y EEUU sobre la desnuclearización de la Península Coreana y la eliminación de las sanciones en paralelo con un diálogo estratégico compuesto que participan China, Corea del Norte, Corea del Sur, Japón, EEUU y Rusia, con la Unión Europea en calidad de observador”, aconseja Rauf.

 

El tema de Corea del Norte entrará seguro en la campaña electoral estadounidense. El candidato republicano Donal Trump ha dicho que de ganar en noviembre cambiará la política de Washington hacia norcorea porque a su juicio «es un fracaso… allí está cada vez con más armas y nosotros gastando dinero en despliegues militares«. 

 

La orden ejecutiva del presidente Obama salvó de la deportación a cinco millones de jóvenes (AP)
El presidente Obama ha condenado el ensayo nuclear (AP)

 

A simple vista, el régimen norcoreanos quiere llamar la atención de la comunidad internacional, y como en el pasado, al calor de la Guerra Fría, lograr que el mundo acepte y reconozca sus capacidades nucleares como lo hizo con India, Israel y Pakistán. «Ellos (Corea del Norte) dicen… si EEUU reconoció a esos países porqué no hace lo mismo con nosotros», explica el experto del Sipri.

 

El asunto en cuestión es si Kim y su círculo será capaz de aceptar condiciones para ese reconocimiento, como abrirse a inspecciones internacionales, limitar el arsenal atómico. En el paso fallaron estas propuestas, desde el 9 de septiembre parece haber comenzado otra realidad.

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